Prólogo

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Toqué la puerta 2 veces, y no fue hasta la tercera cuando una mujer me abrió. —¡Ay, por fin! Tú debes ser el niñero, pasa, pasa, por favor —dijo con su acento británico —Mi niño está encerrado en su habitación arriba, vas a tener que subir a saludarlo porque no baja mucho, mira, yo tengo una prisa que no te imaginas, mi vuelo es en una hora y media, así que voy saliendo ahora mismo, te dejé dinero para las dos semanas en la mesa de la cocina, y muchas gracias por todo, cuida bien a mi Georgie, no da muchos problemas.

Antes de alcanzar a hacer cualquier clase de pregunta, la mujer ya estaba saliendo apresurada. ¿Acaso no me iba a dar más indicaciones? me quedé un poco consternado con su falta de interés.
Cuando la británica cerró de un portazo, exploré un poco la sala de estar, era realmente grande, habían varios sillones junto a un televisor enorme, paredes altas y blancas bien pintadas, todo se veía tan moderno y pulcro, di unos cuantos pasos para encontrarme con un comedor elegante junto a la puerta que daba a la cocina, y un poco más lejos divisé las escaleras que daban al segundo piso. Con cuidado las subí, arrastrando mi maleta, puesto que me iba a quedar las dos semanas que tenía que cuidar al famoso George.

Miré las fotos colgadas en la pared de las escaleras, se veía un pequeño niño de pelo oscuro, muy sonriente junto a sus padres, la señora Davidson no me había especificado su edad, pero según esas fotos supuse que se trataba de un niño de no más de 10 años.

Encontré la habitación de invitados y después de acomodar mis cosas, fui a buscar al chico, tal vez estaba durmiendo, aún así me atreví a dar unos cuantos golpecitos en su puerta, era la habitación al lado de la mía, lo supe por el cartel que decía: "George. no molestar."

—¿Sí?

Abrí con cuidado, lo vi acostado en su cama mirando el celular. Definitivamente no se veía cómo un niño de 10 años, tal vez 14.
No supe muy bien como reaccionar, me quedé en silencio por unos segundos, observando al preadolescente, cuestionándome que quizás no era él a quién debía cuidar.

—Hola. —me dijo.

—Hola, ¿tú eres George?

—Ajá, ¿tú eres?

Me sorprendió que realmente fuese él a quién debía cuidar, pero al mismo tiempo me alegré, esto iba a ser muy fácil, me iban a pagar por hacer literalmente nada.

—Yo soy Clayton, Clay, tú niñero, supongo.

—Ah, sí, eso. —Me sonrió, despegándose del celular y mirándome a los ojos de una forma un tanto invasiva qué logró ponerme nervioso.

—¿Cuántos años tienes? —pregunté. —Porque definitivamente esperaba encontrarme con un niño más pequeño.

—Tengo 17.

Evidentemente estaba mintiendo, no se veía de 17, tampoco hablaba como alguien de 17.

—¿Es un chiste o una mentira realmente estúpida? Le sonreí burlón.

—Tengo 17, si no quieres creerme está bien.

—Bueno, yo tengo 16, aunque me veo cómo 4 años mayor que tú.

—Porque tengo crecimiento tardío, genio.

Aún así no terminaba de convencerme. —¿Y por qué necesitas un niñero si tienes 17?

—Ah, porque la última vez que me quedé solo en casa me corté las venas. —Me mostró los vendajes de sus muñecas con una gran sonrisa irónica en el rostro.

—Oh, lo siento. —En realidad no supe muy bien que decir, ni que pensar, pensé en varias cosas a la vez.

—Está bien, para eso estás acá, para evitar que me corte las venas de nuevo. —Volvió a sonreír sarcásticamente.

Ahora comenzaba a creer lo de que tenía 17.

Niñero  [dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora