Pepinillos

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LAUREN

-¡¿Hola?! .- Pregunté empujando la puerta principal entre abierta.

No había nadie cerca. Cerré la puerta tras de mí mientras intentaba escuchar algún sonido que pudiese delatar el paradero de los residentes de aquella casa, pero no hubo nada. Eso, hasta que Trent apareció de la nada corriendo hacia a mí con otros dos niños pisándole los talones.

-¡Tía Lauren! .- Exclamó con más entusiasmo del usual.

Entonces recordé que al igual que los dulces y navidad, el día de su cumpleaños suele aumentar la energía de los niños. Por eso es que el niño de cabello rizado estaba viéndome como si hubiera bebido cuatro tazas de café para el desayuno. Sus ojos curiosos no tardaron en dar con el obsequio que tenía bajo el brazo.

-¿Es para mí? .- Preguntó.

-Sí, feliz cumpleaños campeón.- Pase una mano por su cabello antes de tenderle la caja envuelta en papel de regalo.

-Cool. Gracias.- Sonrió- ¿Quieren ver qué es?

Los otros dos niños, quienes eran gemelos, asintieron repetidas veces ansiosos por descubrir que había al interior de la caja. Trent estaba a punto de rasgar el papel de su regalo cuando Mani apareció para quitárselo de las manos.

-Buen intento enano.- Murmuró y su hijo bufó- Acordamos que abrirías todos tus obsequios más tarde, ¿Recuerdas?

-Sí.- Trent murmuró rodando los ojos.

-Bien, ahora vuelvan al jardín.

Los tres pequeños desaparecieron rápidamente de mi vista y me concentre en mi mejor amiga.

-Te ves...horrible.- Dije riendo por lo bajo al notar la expresión de cansancio en su rostro.

-Gracias.- Ironizó- Pensé que tenías que trabajar.- Dijo mientras me indicaba que la siguiera.

-No podía perderme el cumpleaños de Trent. Le pedí a mi compañero que me cubriera.

Me encogí de hombros mientras cruzábamos la casa hacia el jardín trasero en donde al parecer se estaba celebrando la fiesta de cumpleaños. Me detuve en medio de la cocina cuando el ruido del exterior comenzó a escucharse más y más cerca. Estudie a través de la ventana a algunos de los presentes.

-Esta aquí.- Mani dijo.

-¿Quién? .- Me hice la desentendida girándome a verla.

Ella solo alzó sus cejas como diciéndome '¿En serio vamos a hacer esto?' y yo solo volví a espiar el jardín a través del cristal. Había muchos niños de diferentes edades corriendo por el jardín y un montón de padres con los que seguramente evitaría relacionarme demasiado. Y ahí estaba ella. Riendo junto a Dinah mientras bebía un poco de lo que parecía ser té helado.

Normani me guió al exterior y enseguida me pregunté si había sido una buena idea cambiar mi trabajo por una tarde llena de gritos, berrinches y conversaciones de cortesía. Mientras mi mejor amiga me presentaba a alguno de los presentes, por el rabillo del ojo no perdí de vista a Camila. Noté su cara de pánico cuando Dinah se alejó y una mujer con una enorme sonrisa y cara de necesitar amigos se le acercó. Supe de inmediato que ella era demasiado cortes como para inventar alguna excusa y huir así que después de un rato de estar fingiendo que me interesaba lo que un tal Kevin estaba platicándome decidí ayudarla.

-¿Camila? .- Pregunté al acercarme mostrándome sorprendida por verla allí.

La mujer rubia dejó de hablar enseguida y ambas me prestaron total atención.

The Backup PlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora