Bonita

2.1K 28 3
                                    


para este entonces las cosas habían cambiado, más de lo que imaginé en un principio. No hablo únicamente sobre el cambio de rutina sin mi padre aquí, sino que muchas cosas estaban cambiando demasiado rápido y eso me asustaba.

Lucy: te vez bonita.

En primer lugar, siento que me alejé bastante de Sam y Adam. Ellos ya casi no aparecían en mi vida, si los veía y hablaba con ellos en la escuela, pero... fuera de esta... tenía a Lucy y de vez en cuando Alan también se nos pegaba. Quizás hubiera pasado lo mismo con él si es que no se enteraba por accidente aquella vez.

Max: S-se siente raro... como tener plástico en la cara.

Hablando de Lucy, había venido para ayudarme con un paso más en... "mi viaje al mundo femenino" como lo dijo ella, sinceramente, no creía estar listo,  pero fue tanta su insistencia que no pude desviar el tema más tiempo

Lucy: jajaaj... te acostumbras.

"Lo dudo" fue lo que pensé mientras me tocaba ligeramente el rostro.

Lucy: además que aún no te vez en un espejo, pero espera que te voy a dejar irreconocible.

Max: aún no me siento a gusto.

No solo era el maquillaje. Me había pedido que rasurara todo el cuerpo, usara cremas especiales e incluso mi cabello lo había anclado todo a su base con pasadores. 

Lucy: listo... ahora te dejo para que te cambies.

Y así lo hizo. Escuché la puerta cerrar, pero no sin antes oírla gritar que no me viese en ningún espejo hasta que ella dijese. Aaaah... a veces creo que se emociona más que yo en esto. Aún así... no puedo negar que me da cierto placer culposo.

Lucy también escogió la ropa, de las mismas que compramos la ultima vez. Incluyendo la ropa interior. No era la primera vez que usaba, pero esta vez también era distinto. Es muy diferente usar la lencería de Hellen, que ponerme las pantis de algodón con la palabra "Love" estampada atrás y un pequeño listón enfrente, las cuales, yo mismo había comprado.

También un bra. Obviamente no tengo con que llenarlo, al menos no natural. Unos rellenos de silicona debajo y listo, tenía pecho, algo bastante  pequeño comparado con el de Hellen, pero disimularían bien ya con la ropa puesta. 

Mi atuendo principal era una falda de mezclilla que dejaba descubiertas mis piernas desde la mitad de mis muslos hasta los tobillos. Una blusa de un radiante amarillo. Por ultimo una chaqueta de mezclilla, pero que solo llegaba a la mitad de mi torso. No le vi uso practico la verdad, pero se veía bien en el maniquí. Claro que el calzado no podía faltar, pero no llevaba nada nuevo, usé mis Converse, los clásicos, negros y por debajo del tobillo.

Al terminar de vestirme no me revisé en el espejo como Lucy me pidió. Lo que si no pude evitar hacer es pasar mis manos por toda la ropa. Aún me deba escalofríos sentirlo, pero la sensación de placer no se quitaba tampoco. La sensación más rara fue cuándo llegué a los pechos falsos.

Sentí el contacto frío de la bolsa de silicona contra mi piel, y algo me hizo jadear en ese momento. Inmediatamente paré. Mi respiración quedó más agitada de lo normal. Había estado teniendo picazón en esa zona desde hace una semana o dos. No le hice caso en un inicio, pero creo que ha empeorado. Está demasiado sensible, tendré que decirle a Hellen después.

Cuando volvió a pasar Lucy me acomodó en la cabeza una peluca, más o menos de mi color, pero era más brillante. Me peino y después por fin me dejo verme al espejo. No lo podía creer cuando la vi.

No era yo quien miraba de regreso en el espejo, sino una niña de catorce años común y corriente, quizás un poco más alta que las demás, pero sin duda no podrías confundirla con un chico vieras como la vieses.

Max: n-no es posible...

Dije con voz temblorosa por una extraña combinación de emoción y terror.

Lucy: Sí lo es.

Me toqué el rostro sin reconocerme, aunque con cuidado. Lucy sonrió

Lucy: Te lo dije... eres bonita.


___________________________________________________________________

Perdón por ausentarme tanto :(

Mis horarios de la universidad están horribles y termino bien cansada.

Mi querida HijaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora