I. Luna carmesí

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27/7/2018

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27/7/2018

—Observa cómo está la noche, hay un eclipse, ¿crees que deberíamos estar aquí? —preguntó el muchacho a su compañero, temblando del frío, o del miedo; abrazándose los hombros y encogiendo su cuerpo, como si ya no pudiese caminar más porque las piernas se lo impedían.

—Deja de ser tan miedoso, además la luna de hoy: es perfecta; si queremos encontrar algo en las ruinas de este castillo abandonado, creo que una "luna de sangre", es una idónea compañía —le dijo, alzando la cabeza hacia el vasto cielo, en medio de escombros y paredes que amenazaban con venirse abajo, corroídas por el tiempo y la humedad.

Muchos creen que la aparición de una "luna carmesí" marca el principio de una novela de terror, algunos como buenos novelistas y amantes del género esperamos ver vampiros y monstruos; pero otros, que no creen en la magia ni en los seres sobrenaturales, solo lo ven como un fenómeno astronómico. ¿Qué crees tú?

—Dice mi mamá que la "luna roja" es señal de que se acerca el fin del mundo —hizo un esfuerzo y caminó hasta acercarse a su compañero, que se encontraba delante de él, alumbrando con una linterna unas escrituras antiguas que, sobre una piedra, las cubrían un poco lianas verdes y moho—, ya que en la Biblia hay muchos pasajes que hablan de que la "luna de sangre" marca el final de los días de la humanidad.

—¿Y tú crees en esas supersticiones? —le preguntó mientras se agachaba delante de la piedra para arrancarle las lianas—. Son muchos los rumores y las leyendas que se tejen con respecto a este evento —comentó sin esperar la respuesta a la pregunta—, incluso en la antigüedad cuando aún no existían pruebas científicas que pudieran explicar este suceso, los Mayas creían que la "luna roja" simbolizaba una guerra entre los dioses; mientras que los Aztecas pensaban que se trataba de una batalla entre el día y la noche —soltó una pequeña carcajada—. Mejor deja de pensar tanto, que te va a doler el cerebro y ayúdame aquí.

El muchacho hizo caso a su compañero, se acuclilló a su lado y comenzó a arrancar un poco de lianas que parecían las venas de aquella piedra sucia y vieja. Cuando hubieron de terminar y librar las letras de las pequeñas trepadoras, alumbraron con la única linterna que habían llevado a tan tenebroso lugar —según la opinión de las personas del pueblo—, la redonda piedra.

—¿Tú entiendes algo de lo que está escrito ahí? —preguntó el muchacho a su amigo.

—No —le respondió—; pero para eso tengo este libro que pedí prestado en la biblioteca —se quitó una mochila que llevaba en la espalda, la abrió y sacó de ella un libro mediano con un frontispicio bastante viejo, amarillento por los años, que parecía tener barba y un gran conocimiento, luego volvió a colocarse la mochila.

—¿Lo pediste prestado? Querrás decir que lo cogiste sin permiso, ¿no? —le recriminó a su amigo, un libro como ese era difícil que saliera de la biblioteca.

—Mira que coges lucha por todo hombre, relájate, lo voy a devolver cuando terminemos aquí —abrió el ejemplar, hojeó un poco de páginas y se detuvo en una, justo en la que necesitaba para desentrañar el significado de aquellas letras rústicas.

«Gradus tres ad sinistram ambula, decem ad dexteram et invenies quod quaeris. Elevatio Sepulchri te manet». Era lo que estaba escrito en la rudimentaria roca.

—¿Y, qué es lo que dice? —preguntó algo ansioso, aquello era nuevo para él, máxime cuando insistió tanto en que no deberían ir a ese lugar, pero terminó haciéndolo, no dejaría solo a su mejor amigo una noche llena de supersticiones y misteriosas leyendas.

—Cálmate, estoy leyendo —colocó el libro en el suelo y pasó el dedo índice de su mano derecha sobre la hoja, marcando con una línea invisible, las palabras que traducían lo que en aquella piedra estaba escrito—. Este libro habla sobre este castillo y sobre los seres que habitaron en él hace cientos de años, en la biblioteca ni siquiera está disponible para el público.

—¿Y entonces cómo sabías de su existencia? —le preguntó curioso.

—Sabes que la madre de la fastidiosa de mi exnovia es la bibliotecaria de "Books and Leyends", la biblioteca del pueblo —mencionó, observó por un instante a su amigo y este asintió—. Bueno, un día vi a mi ex con este libro y me llamó la atención, además porque lo escondía de mí cada vez que me acercaba, así que esperé hasta que se lo regresara a su madre y ahí aproveché el momento para robarlo.

—Mira que te advertí que Julieta no era buena chica; pero bueno, gracias a Dios que ya están separados y que ella se mudó para la ciudad; pero —hizo una pausa y levantó el libro del suelo—, ¿entonces desde cuándo tú tienes este libro?

—Desde hace un mes, ya me lo leí varias veces. Mira —le señaló las líneas que antes había dibujado imaginariamente con el dedo—, lo que dice en esa piedra es lo siguiente: "Camina tres pasos hacia la izquierda, luego diez hacia la derecha y encontrarás lo que buscas. El Alzado de la Tumba te espera". Venga —se levantó—, vamos a hacer esto.

El chico caminó tres pasos hacia la izquierda desde la roca, luego diez hacia la derecha y se detuvo, sintiendo el suelo bajo sus pies un poco hueco. Su amigo corrió hasta él, con el libro en una de sus manos y procedió a echárselo dentro de la mochila que llevaba en la espalda.

—Aquí debe de haber algo —se agachó, colocó la linterna en el suelo y comenzó a escarbar con las manos, hasta que poco a poco fue descubriendo una puerta metálica bajo sus pies.

—¿Un pasadizo secreto? —preguntó su amigo—. ¿Y qué crees que signifique eso de que "El Alzado de la Tumba te espera"?, no creo que sea algo bueno.

El chico terminó de quitar la tierra y las pequeñas piedras que cubrían la puerta metálica, se sacudió las manos y luego la abrió, encontrándose con unas escaleras.

—¿Vas a bajar ahí?

—Voy no, vamos. Y ya deja de hacerme tantas preguntas, me vas a marear —recogió la linterna y comenzó a descender por las escaleras polvorientas.

—Protégenos Dios mío —se santiguó y bajó las escaleras, detrás de su amigo.

Solo fueron treinta escalones, para que cuando llegaran al final, la luz de la linterna comenzara a parpadear y se apagara, seguido a ello se escuchó un grito desgarrador y, un fuerte olor a sangre, inundó las fosas nasales de aquél que, petrificado, se había orinado en los pantalones.

Noche de bodas #PGP2024 [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora