ONLINE | Pablo Gavi.

1.

LUNA

- ¿Y si es un viejo verde que solo quiere fotos tuyas para vete tu a saber que cosas? -comentaba mi mejor amiga tumbada boca arriba sobre mi cama. Desvié mi mirada de la montaña de ropa que tenía que ordenar y fruncí el ceño.

- Estás enferma. -reí restando importancia a lo que acababa de decir.- Solo hablamos de música y series, ya sabes, él también está en el grupo.

Hace alrededor de tres semanas me uní a un grupo de Whatsapp donde multitud de gente recomendaba series y películas, entre otras cosas, y daban su opinión al respecto. Puede sonar demasiado friki pero así soy yo, una cinéfila en toda regla.

Allí conocí a aquel chico misterioso. Misterioso entre comillas, claro, puesto que sabía algunas cosas de él, como por ejemplo, que le gustaba viajar, que su color favorito era el azul, que tenía dieciocho años y que estaba en ese grupo por obligación de su hermana mayor, la cual estaba cansada de que siempre pusiera las mismas películas en Netflix. 

Más allá de eso sabía poco, por no saber, no sabía ni su nombre. Tan solo que vivía también en Barcelona aunque aseguraba que no había nacido aquí. La única opción que se me venía a la mente era que estuviera estudiando en la ciudad, pero nunca se lo pregunté así que simplemente lo di por hecho.

- Me sigue oliendo raro. ¿Qué clase de persona no te dice su nombre? 

Ahí tenía razón. Alguna que otra vez se lo pregunté pero siempre cambiaba de tema por lo que no volví a insistirle y me conformé con ver el nombre de usuario que tenía puesto. Tenía curiosidad en el fondo.

- No lo sé Sandra. -terminé de doblar un pantalón y me senté a su lado.- Íbamos a hacer videollamada hace dos días pero al final no pudo.

- ¿Tampoco has visto su cara? -negué.- Vamos Luna, que más pruebas quieres. Es un viejo verde 100%, o peor aún, un viejo verde secuestrador. 

- No seas exagerada.

La risa de mi mejor amiga hizo que yo riera también aunque siendo sincera ese tema me comía bastante la cabeza. No solo hablábamos de nuestras aficiones, muchas noches las conversaciones desencadenaban en otras y terminábamos contándonos anécdotas personales o mismamente, lo que habíamos hecho durante el día. Supongo que era algo normal, hablar siempre de un mismo tema era demasiado monótono y "PabsG06" me transmitía la suficiente confianza como para hablar con él de cualquier cosa. Incluso de esas cosas que no hablo con nadie.

Sí, "PabsG06" era el nombre de usuario de mi internet friend que, según mi querida Sandra, estaba convencidísima de que era un secuestrador.

- Solo tiene esta foto de perfil. -abrí la aplicación y fui a su chat. Aún no me había contestado desde anoche pero tampoco había leído el mensaje.

En ella salía de espaldas, con una sudadera gris y de fondo el mar. Sandra inspeccionaba la foto como si le fuera la vida en ello.

- Eso no es Barcelona. -dijo finalmente y yo golpeé mi frente con mi mano.- Ya sabes que yo te apoyo en todo lo que hagas amiga pero, ten cuidado. No te puedes fiar de nadie hoy en día.

- A ver, que no me voy a casar con él. -le quité mi móvil y volví a comprobar si tenía algún mensaje suyo. Negativo.- De hecho, dudo hasta que le vea en persona.

- Bueno, yo te lo digo porque me preocupo por ti. No quiero que te ilusiones y luego te lleves la hostia de tu vida.

- Ya lo se, cariño mío. -me lancé en plancha sobre ella y comencé a hacer lo que mejor se me da, ser una pesada.