14.

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LUNA

Desde que puse el primer pie en la discoteca mi principal y único pensamiento se había basado en Pablo y su aparición en el salón de actos donde se había celebrado la graduación. Cosa que me había hecho demasiado feliz pero que para nada esperaba.

Tras una cena repleta de preguntas por parte de mis amigos y de algún que otro compañero de clase, la situación parecía no dar mucho de que hablar a pesar de que prácticamente todo mi curso estaba ahora mismo compartiendo espacio con Pablo y Pedri. Aunque por suerte, nadie se había fijado demasiado.

- ¿Te lo estás pasando bien? -pregunta Pablo mientras da un trago a su bebida.

Encojo mis hombros. Me lo estaba pasando bien pero el dolor que tenía en los pies por llevar varias horas con tacones comenzaba a ser inaguantable.

- Sí. Tan solo tengo un poco de dolor por los zapatos. -me acerco a su oído para que pueda escucharme bien. La música está demasiado alta.

- Podemos irnos a casa cuando quieras, Lunita. -coloca detrás de mi oreja un mechón de pelo que caía por mis ojos. Asiento y me acerco a su mejilla para depositar un beso en ella.- No hay nada que me apetezca más ahora que tenerte solo para mí.

Sonrío ante sus últimas palabras.

- Pedri parece que se lo está pasando bien. -comento girando mi cabeza hacia mi grupito de amigos. Están todos en círculo mientras bailan animadamente.

- ¿Quieres que volvamos con ellos?

- Quiero volver contigo a casa. -dejo caer mi cabeza sobre su hombro.

- No quiero que lo hagas por mí y fastidiarte tu noche de graduación, cielo. Si de verdad quieres quedarte, puedes hacerlo.

Niego.

- Pablo.

- Dime.

- Me apetece estar contigo. Lejos de todo este barullo de gente. -doy el último trago a mi vaso y lo dejo sobre la barra. Pablo sonríe.

Agarra mi mano e intentamos acercarnos al centro de la pista donde están todos. Entre codazos y algunos empujones, logramos llegar.

- Chicos, nosotros nos vamos ya. -digo mientras veo como Pablo se acerca a Pedri. Tras intercambiar varias palabras con su amigo, este asiente y deja su vaso en la primera mesa que pilla.

- Yo también me voy a casa ya, chupipandi. -añade Carol recogiendo su pelo en una coleta.

No es demasiado tarde pero sus padres suelen ser muy estrictos con las fiestas y es raro el fin de semana que no tiene hora de llegada a casa.

- ¿Tú también? -pregunta Patri mientras bebe su ¿quinto cubata?

No se cuantos lleva ya pero no parece ir en sus mejores condiciones porque en cuanto nuestra amiga le confirma que se va, se pone a llorar en modo dramático mientras le dice en repetidas ocasiones cuando la quiere. Carol, a su lado, la consuela mientras se ríe por el estado en el que está nuestra amiga y se despide de todos.

- Tranqui chiquis, yo cuido de esta. -dice Sandra entre risas refiriéndose a Patri.- La resaca que va a tener mañana va a ser guapa.

ONLINE | Pablo Gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora