15.

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LUNA

El resto de días siguientes a ese último encuentro con Pablo habían sido de los más caóticos que había vivido en mucho tiempo. Tanto que mi rutina no iba más allá de ir de mi casa a la biblioteca y, excepcionalmente, a casa de Pablo. Esto último había sido requisito indispensable para seguir manteniendo mi salud mental.

Ahora, me encontraba con Sandra en mi casa a punto de descubrir si realmente todo el esfuerzo puesto durante el curso y, especialmente en los exámenes de selectividad, habían dado sus frutos y me habían ayudado a conseguir plaza en la universidad de mi preferencia. En este caso, en Barcelona. Ya habían pasado varios días desde que nos dieron la nota y desde que habíamos hecho la preinscripción en las universidades que queríamos optar a entrar. A pesar de que mi calificación había sido bastante buena y tenía claro que quería quedarme estudiando aquí, no podía arriesgarme a quedarme sin plaza por lo que también eché la solicitud en Cádiz y en Madrid.

- ¿Puedes dejar de leer cosas innecesarias y centrarte en lo que de verdad importa? -resoplo intentando mantener la calma. Sandra se coloca sus gafas y frunce el ceño a la vez que mira la pantalla del ordenador tratando de encontrar la página web.

Segundos después la voz de mi amiga me hace estremecer.

- Vale, acabo de encontrar el enlace. -informa ella mientras me muestra la pantalla del ordenador.

Asiento a la vez que muevo mis dedos con nerviosismo sobre la mesa. Me pasa el portátil, introduzco mis datos y se lo devuelvo. No quiero ni mirar. Tanto Carol como Sandra habían conseguido plaza aquí, en Barcelona. Patri sin embargo había optado por estudiar en Valencia. Tan solo quedaba yo por saber mi destino aunque, teniendo en cuenta la cara que había puesto Sandra, no me esperaba la mejor de las noticias.

- En la universidad de Barcelona estás en lista de espera. -dice mi amiga finalmente y suspiro.- La número 8.

Esas palabras me cayeron como un jarro de agua fría. Sabía que psicología tenía muchísima demanda, sobre todo aquí, pero confiaba en poder, al menos, conseguir una plaza.

- En la de Madrid también estás en lista de espera. La 43. -continua Sandra bajando por la página web.- Sin embargo, en la de Cádiz te han admitido. Te da la opción de realizar ya la matrícula.

Paso mis manos con frustración por mi cara mientras analizo la información que Sandra acaba de hacerme saber. Mi amiga pasa su brazo por mis hombros y me abraza. Ella sabía lo importante que era para mí quedarme aquí.

- ¿Qué vas a hacer, Lu?

- No lo sé Sandri. -elevo mis hombros mientras mi vista vuelve hacia la pantalla para confirmar que no se trata de ningún error.

- Tienes unos días para poder pensarlo, no tienes por que decidirlo ahora.

- No puedo arriesgarme a perder la plaza pero tampoco quiero irme a la otra punta de España a estudiar. No quiero alejarme de vosotras, ni de Pablo, ni de mi familia.

Sandra asiente en silencio. El sonido de la puerta se hace presente y segundos después mi madre entra en mi habitación para sentarse en la cama con nosotras. Su semblante cambia al ver mi cara de preocupación.

- ¿Qué ha pasado, mi vida? -coge mis manos y las acaricia consiguiendo así tranquilizarme en cierta medida.

Tomo aire.

ONLINE | Pablo Gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora