16.

2K 121 2
                                    

LUNA

El verano no había hecho nada más que empezar y eso no podía significar otra cosa que no fuera hacer todo tipo de planes que habían quedado olvidados durante los meses de clase. Como por ejemplo, asistir a una de las míticas cenas que Ferran y Sira solían celebrar en el jardín de esta última. Jardín con piscina, dato importante teniendo en cuenta las calores infernales que estábamos viviendo estos días. Pero no todo era color de rosas.

Mi situación con Pablo seguía siendo tirante. Desde aquel último encuentro en su casa hace no más de cuatro días, no había vuelto a verle y mucho menos habíamos hablado. Aunque no voy a negar que a veces la idea de escribirle pasaba por mi cabeza, no tardaba en desaparecer al recordar el enfado que se pilló por simplemente no aceptar su ayuda.

Tan solo sabía de él por algún que otro sticker que mandaba al grupo que teníamos todos. Sí, Ansu se había encargado de crear un grupo para, según él, coordinarnos mejor a la hora de hacer algún plan. Y oye, yo encantada pero, el hecho de ahora mismo tener nulo contacto con su amigo me hacía sentir un poco incómoda o incluso acoplada. Pensamientos que Sira se había encargado de intentar borrar de mi cabeza en cuanto se los comenté.

Así que ahora, por suplicas de la morena, me encontraba preparándome para ir a pasar la tarde con ellos. Al parecer no solo se trataba de una simple cena si no que también le seguiría una pequeña fiesta íntima para celebrar el fin de la temporada y los días libres que Xavi les había dado antes de irse a EEUU. Sí, también se iban varias semanas fuera de España. O al menos eso me había comentado Sira, quien estaba muy emocionada por acompañar a Ferran ya que hacía años que no visitaba las Américas.

Dejo mis pensamientos de lado y trato de decidir el bikini que finalmente me pondré. Deshecho todas las opciones al encontrar en el fondo del cajón uno que compré el verano pasado y que por algún motivo que ahora mismo no recuerdo, no llegué a ponerme. Le observo detenidamente, es de un color azul brillante y lo más destacable diría que es la minúscula tela que cubriría mi culo. Ahora entiendo porque no lo estrené. Me apresuro a ponérmelo y seguidamente, elijo un vestido fresquito junto con unas sandalias para acompañarlo. Dejo mi pelo suelto y me maquillo sutilmente, acabar como un mapache al tocar el agua no estaba en mis planes.

El mensaje de Sira avisándome de que está en mi calle no tarda en llegar así que, bajo las escaleras de mi casa corriendo y, tras despedirme de mis padres, salgo por la puerta. El coche de mi amiga me espera justo en frente.

- Hola caracola. -saludo colocándome las gafas de sol.

- Hello baby.

- ¿Practicando el inglés para cuando te me vayas a los Estados Unidos? -dejo escapar una leve risa.

- Of course. -ahora la que ríe es ella a la vez que me guiña un ojo.

- Espero que me traigas un souvenir.

- ¿Cómo que no vienes? -alza una ceja.

- Punto número uno, mis padres no me dejarían. Punto número dos, llevo días sin tener contacto con Pablo. Y punto número tres, no hay punto número tres.

Sira parece pensar sus palabras.

- Pues eso, que no veo ningún problema. -responde tranquilamente.- A tus padres me los camelo yo. Y respecto al tema de Pablo, te he repetido mil y una vez que no solo eres "amiga" suya, los demás también queremos pasar tiempo contigo y nos caes bien.

ONLINE | Pablo Gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora