5.

3K 170 8
                                    

LUNA

Localizo a escasos metros del césped la melena pelirroja de mi amiga. Sí, Ruth tenía razón cuando decía que Pablo nos había conseguido uno de los mejores sitios de todo el estadio. Aunque ahora, sabiendo que se trataba del mismísimo Pablo Gavi, podía llegar a entender que estuviéramos ahí sentadas en vez de en algún lugar alejado del campo como estábamos acostumbradas a estar. Camino con paso decidido hasta su lado mientras pienso mis posibles respuestas ante todas las preguntas que seguramente tendría preparadas para mí al no ver a Pablo a mi lado.

Me siento a su derecha y en cuanto nota mi presencia, gira su cuerpo hacia mi dirección en busca de mi supuesto acompañante. Veo como poco a poco su sonrisa se esfuma y la mueca de su cara se traduce en un ceño fruncido. No entiende nada, o al menos eso es lo que deja ver con aquella expresión.

- Espero que ese chico no te haya dado plantón porque si no, le va a faltar Barcelona para correr. -Ruth cruza sus brazos y espera mi respuesta. Trago saliva. Los jugadores acaban de saltar al terreno de juego y no puedo evitar desviar mi mirada al césped.

Tenía dos opciones. Podría mentir respecto a Pablo y ser testigo de una charla que acabaría con un "te lo dije". O podría decir la verdad y que pensara que podía estar vacilándola. En el segundo caso no la culparía, si a mi antes de llegar al Camp Nou alguien me hubiera dicho lo que me iba a encontrar probablemente le hubiera tomado por loco.

- Le he visto, Ruth. -pronuncio finalmente. Era estúpido ocultarle algo de lo que tarde o temprano se acabaría enterando.

La pelirroja alza una ceja.

- ¿Y dónde está?

- Le tienes delante.

Aquellas palabras hicieron que Ruth automáticamente volteara su cabeza a las filas que se encontraban frente a nosotras y posteriormente al césped, sin encontrar una respuesta clara a su pregunta. Cuando está a punto de volver a mirarme y, antes de que le de tiempo a decir nada, deslizo la cremallera de mi abrigo dejando ver la camiseta que hace escasos minutos Pablo me había regalado. Es cuando me giro y le muestro la parte trasera de esta, cuando mi amiga ata cabos y empieza a ser consciente de a quien me estoy refiriendo.

- Luna si es una broma, no tiene gracia. -pasa la yema de sus dedos sobre el nombre que se encuentra en mi camiseta. Suspira.

- ¿Me ves capaz de bromear con un tema así? -respondo dándole aún la espalda. En cuanto deja de tocar la prenda, acomodo mi abrigo y vuelvo a girar a mi posición inicial. Está seria.

- Pero ¿cómo ha sido?, ¿qué te ha dicho?, ¿te ha dado alguna explicación?, ¿qué has sentido? -las preguntas salen una tras otra por su boca y antes de que me de tiempo a responder una a una. El pitido inicial acaba de poner en marcha los próximos 90 minutos más largos de mi vida.

- No lo sé Ruth, no le he visto aparecer. Te estaba contestando a los últimos mensajes cuando se ha parado frente a mí y se ha disculpado por tardar. -explico mientras fijo mi mirada en él. Acaba de caer al suelo y protesta porque ni siquiera han pitado aquella falta.- Me ha dicho que le dejara explicarme todo cuando terminara el partido, que estuviera pendiente al móvil, y por último, me ha dado la camiseta.

Decidí omitir el detalle del beso que dejó Pablo a modo de despedida improvisada sobre mi cabeza. Si ya le estaba costando asimilar toda la información que le acababa de dar, esto último sería el remate. Hace el intento en varias ocasiones de abrir su boca para decir algo pero al no encontrar las palabras exactas, se mantiene callada. La expresión de su cara ha cambiado, la ilusión que mostraban sus ojos ha desaparecido y, ahora, solo es capaz de centrar su vista en el césped. Algo ronda por su mente pero no me atrevo a preguntar y dejo que los minutos pasen.

ONLINE | Pablo Gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora