TE DOLERÁ SER MÍO [✔️]

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Capítulo 4

Kelly

Aquí me encuentro, en el auto de Lewis, regresando del instituto, de vuelta a casa. Él se ha mantenido callado todo el tiempo. Al parecer está molesto por algo pero no me atrevo a preguntar, me basta con ver cómo aprieta el volante mientras conduce y como se ha saltado uno que otro semáforo.

— ¿No deberías ir más lento?— Le digo alentando a hacerlo.— Podríamos accidentarnos.

— Todo esto es culpa del imbécil de tu hermano.— Escupe rabioso.

— ¿Y ahora qué ha hecho?— Pregunto con miedo a que se altere.— O sea, esta vez quizá...

Golpea el volante haciéndome saltar en mi sitio y mi corazón se acelera por ello, miedosa.

— ¿"Esta vez"? No jodas, mi querida Kelly.— Gruñe con un atisbo de socorroneria.— ¡Siempre es tu jodido hermano! ¡Me pone de los nervios! ¡Es un hijo de puta!— Grita frenando de golpe.

Si no fuese por el cinturón juraría que me hubiese ido volando en contra del parabrisas. Miro horrorizada como golpea constantemente el volante haciendo que suene la bocina una y otra vez. Cuando se detiene, su respiración se encuentra acelerada.

— ¡No lo entiendo!— Digo al fin, amenazando con llorar.— ¿Le habéis golpeado por mantener una conversación con una chica? Vale, ¿Pero que es lo que te altera tanto?

En un rápido movimiento que no consigo esquivar sostiene con fuerza mi mandíbula atrayéndome a él, haciendo que mi rostro quede a milímetros del suyo.

— ¿Quieres saber que me altera tanto?— Cuestiona, obvio.— Me altera ver lo fácil que es alterar a Indira con solo mencionar a tu "querido" hermanito. Me jode ver lo mucho que le importa y me jode que lo defienda de mi que soy su amigo y de su hermano.— Manifiesta con clara rabia.

Mis ojos cristalizados lo miran fijamente a los ojos, haciendo que se retracte y me suelte, haciendo que yo me vaya para atrás.

— Olvídalo.— Dice y suspira.

— Lewis...

— He dicho que lo olvides.— Repite no queriendo escucharme.

— ¡Lewis!— Grito esta vez, llamando totalmente su atención, siendo que es la primera vez que le levanto la voz.

— ¿Ahora qué pasa?— Dice con pereza.

Las lágrimas se deslizan por mis mejillas.

— Tú... ¿Estás enamorado de Indira, verdad?— Pregunto queriendo ser lo más directa posible.— Sino, no entiendo porque te molestaría tanto su interés en mi hermano.

Se mantiene mirándome en silencio varios segundos en los que intento no retractarme y disculparme por tan errónea idea, pero entonces se ríe haciéndome parecer tonta y avergonzándome, consiguiendo que me vuelva rojísima.

— ¿Te pagan por hacer preguntas tan tontas?— Me pregunta riendo a carcajadas, haciéndome bajar la cabeza.— No preguntes gilipolleces. Solo es mi amiga desde que somos pequeños y nuestros padres son socios. Es solo eso.