Seres superiores, ¿Me escucháis?

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Capítulo 13

Iraide

Como todos los días, me levanto de la cama siendo consciente de que hoy es el día en el que al fin Kalen saldrá del hospital, cosa que me hace sentir aliviada y contenta, porque Kalen dejará de comer cosas que no le gustan, saldrá de ese edificio con olor a gente enferma y lo mejor, sus heridas físicas deben haber mejorado mucho o del todo.  Claro, eso es lo bueno, como siempre intento ser positiva, pero claro, hay que recordar que si esta tarde salía entonces mañana en la mañana él ya se habría ido a la granja esa donde le mandaban sus padres.

¡No pienses en eso, Iraide! ¡No te pongas triste!

Otra cosa buena es que yo iba a ser quien recoja a Kalen y así aprovecharía para llevarlo a un sitio como le prometí. En cierto modo, no es un lugar muy especial que digamos, lo que tenia pensado que fuera especial desde un principio es que vayamos a estar juntos, podamos comer algo totalmente casero hecho por mi madre y yo y disfrutar de los momentos sin gente enferma, médicos, enfermeras, malas vibras...

Y de paso darnos nuestro "adiós"...

No, mejor nuestro "hasta luego"....

— ¡Iraide! ¡Muchacha! ¡Ya levántate! ¡Como llegues tarde te jalaré de las greñas!— Oigo a mi padre desde el primer piso, lo que me hace salir de mis pensamientos y reír.

— ¡Voy, voy!— Grito en respuesta.

— Ay, deja a mi bebé. Las mujeres nos tomamos nuestro tiempo. Tú no lo entenderías...— Oigo como mi mamá me defiende.

— Pues soy hombre.— Se defiende el otro de forma obvia.

Casi corriendo me deshago de mi pijama, tomo la toalla  y me dirijo al baño, donde hago todas y cada una de mis necesidades, entre ellas, bañarme, cepillarme los dientes, aplicarme mis cremas y peinarme. Comprendo perfectamente por que mi madre dice que tardo veinte años en el baño.

De puntillas, volviendo a mi cuarto, consciente de que mojo el suelo, con la calma sigo peinando mi cabello en lo que llego a mi cuarto y me dirijo a mi armario, sacando unos simples jeans de mezclilla, un top de manga larga gris, unas botas altas y una cazadora blanca. Inicio mi vestimenta y satisfecha con el resultado cojo mi mochila, móvil y auriculares y salgo de mi cuarto, dispuesta a dejar que mi cabello se seque solo.

— Hasta que al fin bajas.— Murmura mi padre cuando me ve bajar por las escaleras.

Me acerco y beso sus mejillas.

— Deja de llorar, papá.— Me burlo pasando por su lado, dirigiéndome al comedor, donde mi mamá ya está sentada, desayunando.— Buenos días, mamá.

— Buenos días, cariño.— Me sonríe angelicalmente.— Ven, siéntate al lado de mamá y desayuna.— Alenta palpando la silla a su lado.

🔱🔱🔱

Kalen

— ¿Qué tal te sientes ahora que sabes que hoy te dan el alta? ¿No estás contento?— Me pregunta ella con una enorme sonrisa.

Ella es Karina, la enfermera que me ha estado haciendo compañía, trayéndome la comida, cambiándome las almohadas y las sábanas y jugando a juegos de mesa conmigo. Hemos hecho buenas migas. Es más, incluso fuera de hora de visitas ha permitido que Iraide acceda al cuarto.

TE DOLERÁ SER MÍO [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora