TE DOLERÁ SER MÍO [✔️]

Héroe herido

Capítulo 6

Kelly

Mi cuerpo tiembla, el sudor baja por mi frente y me muerdo las uñas. Miro a Thais, esperando a que ella me diga algo reconfortante o que inicie una conversación para mantenerme distraída, pero luego recuerdo que a ella le importo una mierda al igual que al resto, menos a mi novio.

— Ta-Thais, ¿No crees que ya se han pasado?— Le pregunto riendo nerviosa.— Es decir, ya han pasado dos horas desde que se encerraron en ese cuarto.

¿Dónde estamos? Buena pregunta. Estamos en la cabaña de Levi, donde varias veces se han dado fiestas. Aquí trajeron...trajimos a mi hermano.

¿Por qué tiene que ser tan cabezota? Si tan solo se hubiese alejado de esa chica... Si tan solo hubiese cerrado la boca...

— A mi en lo personal me la suda lo que hagan con él.— Dice ella, llevándose el cigarrillo a la boca.

Cuando dice eso, escuchamos una puerta abrirse y cerrarse y pocos segundos más tarde aparece Lewis, sonriendo de oreja a oreja. Me pongo en pie enseguida y me dirijo a él. Me congelo en mi sitio cuando veo sus manos con rastros de sangre.

— ¿Qué... Qué ha pasado? ¿Qué es toda esta sangre? ¿Por qué se escuchaban gritos?— Le hago pregunta tras pregunta, con esperanzas de que no me diga nada malo. — ¿Mi hermano está bien? Dijisteis que solo le ibais a dar una paliza.

Ríe.— Y se la hemos dado, pero con extras.

— ¿Ex-Extras? ¿Qué habéis hecho?

— Nada por lo que debas preocuparte. Dijiste que tus padres están de viaje y que aún no han avisado de cuándo vayan a volver. Bastará con que esté un par de semanas sin ir a clase.— Dice restándole importancia y pasando por mi lado.

Estupefacta miro como se sienta en el sofá donde pocos minutos antes estaba sentada yo y se sirve con calma un vaso de whisky. Anonadada, me acerco a él, tomo su vaso y lo lanzo con fuerza contra el suelo, llamando su atención y la de Thais, al fin.

— ¡Te he preguntado que qué le habéis hecho!— Grito esta vez, intentando sonar valiente.

Se levanta y como si intentara mantener la calma, toma un largo suspiro y vuelve a poner los ojos en mi. Sus ojos oscuros me miran sin ningún tipo de remordimiento e interés. Me mira como si estuviese cansado de mi, como si me tuviese que aguantar por obligación, como si yo le diera pereza.

Tiemblo cuando su mano toma mi mano y me acerca a él con delicadeza.

— Kelly, no vuelvas a levantarme la voz, ¿Vale?— Me pide con calma, pero amenazante.— Te habrás dado cuenta de que tengo paciencia hasta un cierto punto.

Mis ojos se cristalizan al momento.

— ¿O si no...?— Me atrevo a preguntar.— ¿Me golpearás?

Silencio sepulcral, y:

— Pues está entre mis opciones.— Ríe.— Ahora, siéntate y come algo. Para satisfacerme deberías subir un poco de peso.

Un jadeo escapa de mis labios por la sorpresa, no creyéndome lo que acabo de escuchar.

— Quiero ver a mi hermano.— Le digo, evitando su mirada.