𝖢𝗈𝗉𝗈 𝖣𝖾 𝖭𝗂𝖾𝗏𝖾 | Muchos anhelan la inmortalidad pensando que es algo interesante, no para Lilian. No cuando se siente sola.
Y es precisamente por este sentimiento que deja todo en su país y acude a atender la llamada de Charlie, teniendo...
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Jasper
Hermosa, estaba completamente hermosa totalmente concentrada en su libro junto a la ventana. Su cabello atado en un moño desordenado dejaba caer algunos mechones sobre su rostro y ella seguía quitándoselos.
Estaba tan concentrado en observarla que terminé atrayendo su atención así que me escondí detrás de un árbol, su atención pronto se dirigió a la habitación de Bella, frunció el ceño irritada y al instante siguiente desapareció ante mis ojos.
Estuve atento tratando de saber dónde podría estar hasta que la escuché abrir la puerta de la habitación de Bella sorprendiendo a los dos en el acto expulsando a Edward de la habitación poco después.
Edward se quedó en la casa mientras la escuchaba pelear con Bella.
—No actúes como si fueras mi madre — dijo Bella y escuché a Lilian soltar una carcajada llena de ironía.
—Isabella, por el amor de Dios, sé madura y deja de hacer berrinches como una niña de 5 años.
—¿Vienes a mi casa y crees que tienes alguna autoridad?
—Deja de actuar como una jodida mocosa malcriada, Isabella — vi su silueta acercarse a Bella. —Métete en la cabeza que estás equivocada y que mereces tu castigo. Y no me estreses, puedo hacer que te olvides de Edward y no creo que quieras hacerlo.
Sale de la habitación y camina con enorme calma hacia la suya, apaga la luz y se acuesta. Estuve tentado de entrar en su espacio y verla dormir como lo hizo Edward, pero luego me di cuenta de que esto era invasivo y que a ella no le gustaría, así que corrí de regreso a la casa mientras Edward se quedaba allí.
Fui directo a mi habitación y me acosté en la cama pensando en todo lo que pasó y todas las emociones del día. Recordando la forma confusa en que me miró y cómo se sintió tocar su rostro.
Quería tanto besarla en ese momento.
Levanté mis muñecas y las acerqué a mi nariz, sintiendo su leve olor al igual que su toque y cómo ella también quería besarme allí.
Seguí repasando su rostro, sus expresiones que solo me di cuenta que había amanecido cuando Alice entró a la habitación para separar la ropa del día.
—Ella es hermosa, ¿verdad? —Alice preguntó sonriendo.
—Lo es.
Alice hizo un puchero de frustración y yo solo arqueé una ceja en muda pregunta.
—No puedo ver mucho sobre ella, es como si algo me estuviera bloqueando.
