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Lily

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Lily

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¿Alguien vio? Mi cara de vergüenza se fue justo detrás de ese armario y ni siquiera sé cuándo la voy a encontrar. Lo que le dije a Jasper medio entumecida por el deseo todavía suena en mi mente, pero por un lado es bueno saber que él siente lo mismo que yo.

Al otro día me desperté sonriendo, no tenía nada que ver con el beso de Jasper -en parte sí-, sino con mi brillante regalo que dejó furioso a cierto vampiro.

—¿Que hiciste ayer?

Miré a Isabella, que me miraba con seriedad desde el otro lado de la mesa. Estaba esperando a que Charlie se fuera al trabajo para venir a preguntarme sobre lo de ayer.

—Yo no hice nada. — tomé un poco de café escondiendo la sonrisa.

—Sí, lo hiciste, Edward dijo que ya no puede entrar a mi habitación.

Me levanté poniendo mi plato en el fregadero sonriendo con malicia al recordando la cara furiosa de Edward ayer.

—¿Porque hiciste eso?

—¿Eso qué? ¿Tratando de protegerte a ti y a tu padre?

—Interrumpir mi relación. — me corrige haciéndome poner los ojos en blanco.

—Mira, no voy a meterme más en tu "relación". Haz lo que quieras, eres un adulta, solo estoy aquí para asegurarme de que Charlie esté a salvo.

—Nunca lastimarían a Charlie Lilian.

—No importa, la protección nunca está de más.

Agarré mi bolso y la llave y me dirigí al auto para una clase más mientras varios ojos curiosos estaban sobre mí. Cuando iba a llamar la misma Isabella vino corriendo pidiéndome que esperara porque ella iría conmigo.

Los pocos minutos dentro del auto los pasó en completo silencio, escuchando solo música baja y el motor del auto.

—Extraño lo cerca que solíamos ser. — murmuró mirando por la ventana.

—No me gusta que me echen en cara, pero fuiste tú quien me dejó de lado.

—Lo se, y lo siento.

Reduje la velocidad del auto y me detuve en el estacionamiento, dejando el auto al lado del convertible rojo. Miré alrededor todavía dentro del auto y vi a los Cullen entre el convertible y el Volvo.

Isabella ya se fue, dirigiéndose directamente hacia Edward y pensé avergonzado si ir con ellos también, pero mi teléfono me salvó.

Hola.

Hola copito. — puse los ojos en blanco ante el apodo —¿Cómo te va?

—Todo bien, algunas cosas interesantes de las que hablaré más tarde.

COPO DE NIEVE; Jasper Hale Donde viven las historias. Descúbrelo ahora