Lonely - [Namjin]

Capitulo 17 - Principe rebelde

Park Jimin caminaba por los jardines del palacio con la tristeza adueñada de su expresión. Pronto alcanzo el bosque y poco a poco se alejó hasta sentirse lo suficientemente tranquilo, lejos de las miradas llenas de reproche de los eunucos. Afortunadamente su abuela se había marchado el día anterior por solicitud del principe Taehyung, así que podía gozar de su soledad aunque en realidad seguiría lamentándose por lo inútil que se sentia. 

Se asustó cuando escuchó los cascos de un caballo contra la tierra y se giró, retrocediendo cuando el animal se detuvo abruptamente siguiendo las ordenes de su jinete. Jimin apretó los labios molesto, ni siquiera podía irse al bosque sin que enviaran caballeros a espiarlo. 

—¡¿Pero quién se cree que es?!—Exigió saber y gritó cuando fue jalado y subido al corcel, los colores subieron a sus mejillas cuando un brazo rodeó su cintura con seguridad. —¡Suelteme!

—Shh, su alteza, soy yo.—La voz grave le provocó escalofríos y ladeo el rostro, centrándose por primera vez en los ojos gatunos que estaban atentos en al escenario frente a él. Jimin se encontró tímido de repente, sus dedos apretados en la silla del corcel mientras era incapaz de alejar su mirada. 

—¿Sir Yoongi?—Balbuceo y aquellos ojos lo observaron, causándole mariposas en su estomago. 

—Espero que me perdoné por mi comportamiento, pero debemos hablar lejos de la propiedad y noté que algunos guardias habían sido enviados a vigilarlo. 

—¿Cómo llegó hasta aquí?

—Estudié el territorio días antes de venir. —Yoongi jaló las riendas y el caballo cambió la dirección hacia una colina. —El coronel Kim me envió.

—¡¿Namjoon?!—Jimin apretó sus dedos contra su pecho aliviado al saber que se encontraba bien y en compañia de los hermanos. Se desestabilizó al soltar la silla y se tambaleo, sin embargo fue pegado al pecho de Yoongi quien garantizaba su seguridad con aquel brazo en su cintura que se apretó más. 

—¿Se encuentra bien, alteza?—Preguntó minutos después cuando se detuvieron lo suficientemente lejos para que no los escucharan.

—Estoy bien. —Trago cuando las manos de Yoongi se apoyaron en su cintura para ayudarlo a bajar, notando de inmediato lo grandes y cálidas que eran y lo bien que rodeaban su cintura.

Sin embargo, justo despues de bajarlo Yoongi se alejó lo suficientemente lejos para que no compartieran el mismo oxígeno. Jimin ladeo la cabeza confundido, antes Yoongi lo había tocado con tanta casualidad y ahora parecía que lo evitaba como la peste.

—¿Qué sucede?

—Le suplico no me obligue a estar cerca de usted.

Jimin enrojecio inmediatamente, sus manos apretandose por tal insolencia. —¿Qué ha dicho?

—No tome mal mis palabras, alteza. 

Muy tarde, Jimin estaba furioso y se cruzó de brazos, notando que Yoongi no lo miraba. —¿Porque no me mira, Sir Yoongi?