Ya era de día, la luz no era brillante y calurosa proveniente de un imponente sol, era fría como la madrugada pero iluminada como las primeras horas de la mañana. El suelo estaba cubierto de hojas rojizas y marchitas, algunas zonas tenían musgo y pasto verde y lleno de vida que se abría paso tercamente por entre la tierra y los troncos delgados y blancos que parecían infinitos y de algún tipo de árbol que distaba del marrón de los robles.
Ambos caminaban de regreso por un camino rústico que de alguna manera era lo suficientemente estable entre los montículos irregulares del bosque. Caminaban a la par con sus hombros colisionando de vez en cuando. No se hablaban, pero no era necesario para decírselo todo, no se miraban pero no era necesario para saber que sus expresiones se inundaban de paz y cariño, expectativa y emoción inocente.
Jin de repente se desestabilizó por una zona de algunas rocas y sintió de inmediato la mano firme y grande de Namjoon apretando su antebrazo. Lo estabilizó de inmediato con la fuerza que tenía y no alejó su mano durante el tiempo que les llevó salir del bosque.
Seokjin sonrió y se sintió seguro mientras se recostaba contra su prometido. La sola de idea de casarse le llenaba de alegría el alma, nunca había pensado que se casaría y ahora estaba a punto de hacerlo con un coronel que le quería por quien era y no por como lucia o por la cantidad de su dote.
Un estornudo escapó de sus labios y lamentó haberse subido a un árbol en medio de la noche y sin abrigo.
—¿Tienes frío? —Preguntó Namjoon y de repente extendió su mano, sus dedos fríos por el clima se apoyaron contra su frente y Seokjin sintió que su corazón latía más rápido de lo que corría su corcel. Se quitó su abrigo y lo rodeó con él, sonriendole cuando Seokjin dejó escapar un suspiro enamorado para burlarse. —Creo que estas enfermo.
—De amor por ti. —Seokjin apretó sus manos contra su corazón y le sonrió burlonamente mientras se ubicaba frente a él, caminando de espaldas. —Me tienes muy mal, coronel, ¿Como vas a compensarmelo?
Namjoon sonrió y deslizó sus manos en los bolsillos de los pantalones mientras fingía pensar. —Podría hacer que vivas conmigo para siempre.
Seokjin se detuvo abruptamente y sus ojos brillaron mientras su boca se abría y reía con alegría antes de seguir caminando de espaldas. —¿De verdad? ¿En tu casa de Rainism?
—Sí.—Namjoon sonrió y lo siguió. —Con manchas, Hoseok y mis adorables mucamas que por cierto me has robado porque no hacían otra cosa más que hablar sobre ti y lo lindo que eres.
Seokjin se río con las orejas rojas.—No las culpó, soy muy guapo. —Jin se giró y caminó a su lado, respiró profundo y observó el cielo. —Me encanta tu casa, en especial el saloncito. —Una idea cruzó su mente y apretó sus labios un instante para reprimir una risita nerviosa. —¿Cuantas habitaciones tiene? No pude verlas ese día.
—Tiene ocho habitaciones pero cuatro están ocupadas, por lo que están libres las demás. —Respondió, sus ojos en dos curvas adorables porque le alegraba mucho que finalmente a alguien le gustaba su casa.
—Mmm, si tenemos en cuenta una para invitados, eso nos deja tres habitaciones libres. —Seokjin asintió y entrelazo su mano con la de Namjoon. —Entonces tendremos tres hijos.
Namjoon se desestabilizó y Seokjin lo ayudó de inmediato, siseando cuando un corte en su muslo se apretó contra la tela blanca que impedía que la sangre brotase.
—¡¿Te duele mucho?! —Namjoon lo rodeó con sus brazos y lo cargó cual damicela de cuento de hadas, por lo que Seokjin sonrió y comenzó a reírse.
—Nos vemos tannnnn cursis.
—Eso es porque estamos enamorados. —Se atrevió a decir Namjoon y pronto llegaron a la base y finalmente a la habitación en la que se quedaba el coronel.
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Lonely - [Namjin]
FanfictionKim Namjoon es un coronel adinerado con terribles cicatrices en su rostro. Ellas han sido la causa de su soledad, pues no ha existido ni un solo doncel que desee ser su esposo sin percatarse de sus marcas y huir aterrado. Kim Seokjin es un doncel g...