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Alex suspira agotado mientras se apoya contra un árbol, Rubius había salido corriendo así que no le quedó de otra más que seguirlo a dónde sea que quería ir. A su lado se detiene un muchacho alto, de cabello negro y orejas de oso, ambos se miran y Quackity se pregunta cómo es que el desconocido puede estar tranquilo sabiendo que pueden morir en cualquier momento y por casi cualquier cosa.

Rubius nuevamente desaparece después de haber ido detrás de Xocas para molestarlo, así que el de beanie decide no separarse del desconocido que, a pesar de verse malditamente intimidante, le transmite confianza y por el momento no muestra intenciones de hacerle daño. Ambos recorren en silencio el terreno buscando una buena zona para hacer su base inicial, Quackity se pregunta cómo estarán sus antiguos amigos, de los cuales apenas tiene recuerdos que no son más que escenas sin conexión alguna pero que le dejan un sentimiento de nostalgia fuertemente instalado en su pecho.

Spreen, como se había presentado el desconocido, lo toma de la mano al notar que se estaba quedando muy atrás y prácticamente lo arrastra hasta un terreno casi plano, justo lo que estaban buscando. Antes de irse le deja un pico y una espada para que pueda defenderse en caso de que el pvp se active y él no esté cerca para defenderlo, y le pide que no se mueva de allí en lo que Rubius y él buscan materiales para poder comenzar con la construcción.

El pelinegro patea una piedra con molestia, se siente estúpido e inútil debido a que Spreen lo trata como si él no supiera hacer las cosas solo, aunque no entiende muy bien a qué se refería su amigo con "pvp", ¿qué se suponía qué era eso? Suspira sentándose en el pasto y observa con aburrimiento el suelo, arrancando de vez en cuando un poco del césped y dejándolo caer en una pequeña montañita que se ha formado de tanto tiempo haciendo lo mismo.

—eu capo, mirá lo que me encontré.-dice Spreen con una sonrisa apenas llega y señala a un muchacho detrás de él.— él es Shadoune, lo traje para que nos ayude y sea parte de nuestro equipo, ¿re joya, no?

El de chaqueta azul se encoge de hombros restándole importancia y se levanta para ayudar a los demás a construir, Rubius va y viene trayendo madera y un poco de lana para hacer camas y continuar con la base. Al terminar los cuatro se sientan en la entrada y charlan un poco siendo interrumpidos por un extraño sonido que el menor de todos no sabe reconocer con exactitud, pero no le da muy buena espina.

Spreen se lanza sobre él al grito de "cagaste pa" haciendo que ambos caigan al suelo y comiencen a pelear en broma mientras que los dos miembros restantes del equipo les miran divertidos y se ríen un poco.

Quackity entra en pánico cuando nota que Spreen mira fijamente su rostro, probablemente notó su cicatriz y teme que le pregunte la razón por la que la tiene, o el porqué es tan grande. Coloca su mano en la mejilla del chico y lo empuja logrando que se baje de su regazo, apenas siente sus piernas ser liberadas se levanta del suelo y corre a la base para meterse dentro y esconderse de sus compañeros, a pensar del poco tiempo que han llevado juntos el mexicano puede decir que les tomó mucho cariño y el hablarles sobre su pasado podría hacer que ellos le miraran mal o que lo sacaran del equipo, no quiere arriesgarse a que algo así suceda.

Se esconde en un pequeño hueco que ha quedado entre un cofre y la pared, abraza sus piernas con fuerza y cierra los ojos buscando pensar en algo que relaje su agitada respiración. Puede escuchar a alguien adentrarse a la base y caminar hasta él, siente como el desconocido se agacha delante suyo y una mano posarse sobre su beanie, brindando suaves caricias que lo reconfortan. El pelinegro levanta la vista buscando encontrarse con Rubius, pero sólo se topa con la mirada preocupada de Shadoune, quien le sonríe con suavidad.

Hasta el momento, Quackity no había tenido la oportunidad de detenerse para observar a su compañero, por lo que la cercanía en aquel momento le sirve de maravilla para poder hacerlo. Aunque sólo puede apreciar su rostro de piel oscura pero que luce extremadamente suave, quitando algunas cicatrices pequeñas que lo adornan. Probablemente sus blancos ojos son lo que más le llama la atención a Alex, es como si pudieras apreciar la luna o las estrellas mismas en ellos.

Shadoune ladea la cabeza confundido y algo divertido al notar la expresión embobada del muchacho más joven, pero se alegra al notar que no parece sentirse tan triste como cuando lo encontró escondido. Alex se pregunta en silencio si existe la posibilidad de que él sea algo de Badboyhalo, porque el parecido que tienen es muy notable a sus ojos.

—¿está todo bien, Quackity?—pregunta con calma, la suavidad de su voz hace a Alex estremecerse un poco.

—la neta prefiero no hablar de eso.—dice el bajito desviando la mirada. Shadoune asiente pero permanece junto a él.

—banquen un poco boludo, no llevamos ni un día acá y ya andan cogiendo.—suelta Spreen asustando a los dos muchachos.— Rubius encontró a uno más, así que también lo adoptamos.

Detrás de Rubius se azoma un joven pelinegro que parece ser un poco más alto que Quackity con una máscara de calavera y el cabello largo y alborotado. Transmite un aura de inocencia que logra cautivar a cualquiera y una sonrisa que, aunque apenas puede verse debido a la máscara, parece ser la más dulce que alguna vez alguien habrá visto en toda su vida.

Shadoune se levanta del suelo y toma la mano de Alex para que haga lo mismo, ambos se presentan con el desconocido que responde al nombre de "Missa", y sólo bastan unos segundos para que ambos se encariñen con el amable pelinegro. Quackity se alegra de tener a otro mexicano y dejando de lado a los demás miembros del equipo para centrarse únicamente en su nuevo amigo, con quien comienza a charlar animadamente mientras craftean la cama donde dormirá el chico.

Spreen decide salir para ver cómo le va en el pvp mientras que los demás deciden irse a dormir. Es la primera noche, y por ello, un sentimiento de preocupación no deja de atormentar al chico del beanie, quien sólo se recuesta en su cama mientras espera a que el tiempo pase y Spreen vuelva a la base sano y salvo, o por lo menos con todas sus vidas. Sabe que no es el único despierto porque la cama donde debería estar Rubius durmiendo está vacía y con las sábanas perfectamente tendidas, como si nadie se hubiera acostado allí, aunque Alex recuerda con claridad el ver al híbrido de oso pardo acostarse y desearle las buenas noches a todo el equipo. Con algo de pesadez se levanta de su cama y a pasos silenciosos busca a Rubius por toda la base, encontrándolo sentado en las escaleras de la entrada, su mirada perdida denota una tristeza profunda que logra deprimir un poco al pelinegro, como si fuera él quien está triste y no su amigo.

—deberías volver a la cama, Quackity.—suelta el oso con la voz apagada.— es un poco tarde y necesitamos a todos bien descansados para mañana, va a ser un largo día.

—entonces deberías hacer lo mismo, Rub.—contesta el chico sentándose a su lado.— ¿no es muy peligroso estar afuera ahora?

—¿qué hacen acá afuera? Vayan a dormir, no sean pelotudos.—les regaña Spreen apenas llega.— después no los quiero escucharlos quejarse porque tienen sueño.

Rubius suspira levantándose del escalón donde estaba sentado y se adentra a la base, dejando a los dos pelinegros solos y en un ambiente algo incómodo. Quackity siente la mirada de Spreen sobre él y eso lo hace sentirse aún más incómodo que antes, sabe que el mayor quiere respuestas aunque él no está dispuesto a soltar absolutamente nada sobre su pasado, por lo que sólo susurra un "buenas noches" antes de entrar con rapidez a la base.

Al entrar, Alex se encuentra con Shadoune y Missa, quienes están sentados sobre unos cofres mirando la ventana detrás de ellos, ambos le miran con una sonrisa extrañada debido a su actitud, pero el pelinegro más bajo se encoge de hombros restando importancia al asunto y se encamina a la habitación que, por el momento, comparte con el resto de sus compañeros.

—¿le pasará algo?—pregunta Missa confundido. Shadoune se encoge de hombros.

—no lo conozco lo suficiente como para saberlo.—responde Shadoune volviendo a ver la ventana.

—pero la puta madre boludo, se acuestan los otros dos pelotudos y se levantan ustedes.—dice Spreen soltando un suspiro cansado.— eu, de verdad necesito que vayan a dormir, todos.

Spreen toma a los dos chicos de las manos y prácticamente los arrastra a la habitación para evitar que se queden levantados. Aunque a unos pasos de la habitación escucha a Rubius peleando con Quackity, pero sólo agacha la cabeza dándose cuenta de que le espera una larga noche.

Doux désespoir | shadouckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora