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Cuando ambos muchachos llegan al refugio se encuentran con un lloroso Quackity escondido debajo de las mantas que solían pertenecerle a Rubius, y la forma en la que se aferra a ellas con tanta tristeza hacen que Shadoune no sepa cómo poder consolar a su novio. Con cuidado se acerca a aquella cama y se arrodilla junto a ésta, acariciando los cabellos desordenados del mexicano, quien ni siquiera es capaz de mirarlo a los ojos.

Spreen se deja caer sobre la mesa de crafteo y saca un pañuelo y un poco de agua de su inventario, ya con aquel pedazo de tela humedecido limpia un poco su cara, borrando de ella toda la sangre que pertenecía a Rubius. Sus ojos se mantienen fijos en aquel bulto sollozante debajo de las mantas, y la forma tan estúpida que tiene Shadoune para intentar calmar aquel desgarrador llanto proveniente del mexicano no hace más que molestarlo.

Quackity no necesita que alguien le esté dando mimos en el pelo y un par de palabras dulces para tranquilizarse, necesita que alguien lo abraze con fuerza y le permita llorar todo lo que quiera, él más que nadie es consciente de todas las consecuencias negativas que trae el ocultar sus sentimientos.

El de lentes aprovecha que Shadoune ha ido a bañarse para acostarse junto al pelinegro y abrazarlo por la cintura, dejando un suave beso en su hombro y un suave "está bien, si querés llorar acá me tenés" que no hizo más que conseguir que Quackity rompiera aún más en llanto, volteandose y escondiendo su rostro en el pecho de Spreen antes de aferrarse a él casi con miedo.

Al salir del baño improvisado que había hecho Rubius en el refugio, el francés no puede evitar sentirse celoso ante la imagen frente a sus ojos: Quackity llorando entre los brazos de Spreen mientras que el argentino deja besos en su mejilla y le susurra palabras que no llega a escuchar, cosa que le molesta aún más. Con un suspiro molesto se sienta sobre su cama antes de volver a clavar su mirada en aquellos dos.

—voy a salir un rato.—avisa el francés buscando algunas cosas en su cofre.

—no me parece una buena idea que salgas.—le dice Spreen señalando disimuladamente a Quackity, quien mira con terror al francés.

Quackity se apresura a levantarse y abrazar con fuerza a Shadoune, tiene miedo de que algo le suceda mientras está afuera y quiere evitar a toda costa que salga, no quiere tener que llorarle a alguien más en tan poco tiempo,  aún peor si se trata de su novio. El francés lo observa en silencio con una ceja alzada, es incapaz de sentir que el mexicano realmente está preocupado por él y teme perderlo, porque desde su punto de vista, a Quackity solamente le importa Spreen y usa a Shadoune como un escudo o una forma de tener a alguien que le demuestre cariño por el simple hecho de que Spreen es un hielo andante.

Con poca delicadeza, por no decir que de forma brusca, aparta al mexicano de su cuerpo antes de continuar buscando algunos diamantes dentro de su cofre, necesita terminar de armarse antes de poder salir en busca de los jugadores que quedan, no importa si pierde la vida en el intento, ya nada tiene sentido allí. Una vez que tiene todo listo se encamina a la entrada del refugio para poder salir.

Spreen se acerca a él colocando su mano sobre el hombro del francés en un intento por frenarlo, pero sólo obtiene un empujón de su parte. El pelinegro toma con fuerza la muñeca de Shadoune y tira de ella con fuerza para hacer que se detenga y vuelva a entrar al refugio, no puede creer que el francés está haciendo un berrinche sin sentido sólo por un abrazo.

—¿qué mierda te cuesta quedarte un rato más?¿o no te das cuenta de que tu novio te necesita?—le reclama Spreen molesto antes de empujar al francés con fuerza.— ¿vos te pensás que sos el único que está sufriendo acá? ponete las pilas loco porque te reviento la cabeza de una patada.

Shadoune le devuelve el empujón con más fuerza, provocando que el oso se tambalee un poco. Ambos comienzan a insultarse casi a los gritos, ignorando por completo al mexicano que les observa en silencio con algo de miedo, con sus oscuros ojos llenos de lágrimas acumuladas y sus manos temblorosas apretando con fuerza las mantas que solían pertenecer a Rubius. Es el peor momento para ponerse a pelear y aunque lo saben es inevitable, las ganas que tienen de golpear al otro son inmensas.

Shadoune sujeta de la camiseta a Spreen y le da un puñetazo en el ojo provocando que este caiga al suelo debido al impacto, pero el oso no tarda en ponerse de pie y darle un rodillazo en el estómago a su compañero, provocando que ambos terminen en el suelo con Spreen sobre Shadoune mientras lo sujeta del cuello.

—la única razón por la que no te mato, es porque Quackity te necesita.—suelta con enojo el oso antes de darle un golpe en el labio y levantarse del suelo.






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No se olviden de ir a leer mi fic spreenckity <3


Doux désespoir | shadouckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora