5

1.1K 137 32
                                    

Quackity suspira antes de voltear en dirección al lago donde está pescando junto a Missa y Rubius. A unos pasos a la derecha están Spreen y Shadoune practicando con un par de espadas de madera en caso de que deban pelear en algún momento. Los recuerdos de la noche anterior siguen presentes en la mente del pato, llenando su corazón de tristeza y nublando por completo sus sentidos, aislandolo momentáneamente de lo que sucede a su alrededor.

Recuerda con vividez la forma en la que Shadoune besó y acarició su pecho desnudo mientras él era un mar de lágrimas incapaz de pronunciar palabra alguna. Aún puede sentir como las manos del mayor se pasean por su espalda brindándole dulces mimos para alivianar el dolor en su corazón, lo recuerda tan bien que odia ese sentimiento. Sabe que Shadoune se siente igual o peor que él a pesar de que no lo demuestra, pero eso es sólo porque notó sus ojos hinchados cuando se levantaron por la mañana, dándole a entender que había llorado en silencio mientras el pelinegro descansaba acurrucado entre sus brazos.

Rubius mira con lástima a su mejor amigo, le encantaría poder hacer algo pero sabe que lo mejor es no meterse y dejar que las cosas fluyan. Tiene muy presente la idea de que si se aman tanto como parece, no va a ser difícil para ambos encontrar la forma de poder seguir con su romance a pesar de las adversidades que les esperan en éste mundo.

—oye Quackity.-le llama Missa. Alex y Rubius le miran con atención.- ¿puedo preguntar por qué tienes esa cicatriz en tu ojo? La verdad es que me causa mucha curiosidad.

-es una larga historia que prefiero guardarme para mí pero...-susurra el pelinegro volteando nuevamente en dirección al lago.- me hirieron con un pico de diamante y prácticamente perdí mi ojo.

Missa abre los ojos sorprendido debajo de su máscara, dejando su caña de pescar de lado se acerca al otro mexicano y examina la cicatriz con detenimiento notando al instante que aquel ojo parece estar completamente ciego. Quackity sonríe nervioso mientras se aleja un poco, normalmente el tener a alguien prestándole demasiada atención lo hace sentirse muy nervioso, en especial si no es alguien muy cercano como Rubius. O como Shadoune, a pesar de todo.

El de máscara ríe divertido viendo la reacción de su compañero, notando al instante la mirada de cierto pelinegro de ojos blancos sobre ellos. Al voltear se encuentra con la oscura mirada de Shadoune posada sobre él, el enojo es evidente a pesar de que no ha hecho nada que pudiera hacerlo enojar, sólo estaba molestando un poco a Quackity y... Su sonrisa se borra pasando a tener una mueca de confusión, ¿acaso aquellos dos estaban saliendo y en ningún momento se lo contaron? Se suponía que, después de Rubius, él es la persona a la que Quackity más confianza le tiene, por lo que le es extraño el hecho de que no le han contado nada.

-iré a minar un poco, necesito despejarme.-dice Quackity guardando su caña en su inventario.- volveré antes de que caiga la noche, lo prometo.

Missa asiente no muy convencido mientras que Rubius lo mira de forma suplicante, como pidiéndole que se quede o que permita que le acompañe para evitar estar más vulnerable si llega a pasar algo. Alex ignora la mirada del oso castaño y camina en dirección al bosque buscando una grieta o mina que no haya sido explotada antes.

-¿a dónde se fue Quackity?-pregunta Spreen a sus compañeros.- es peligroso que se vaya solo, necesito que alguno lo acompañe.

-pues... yo creo que debería ir Shadoune.-responde Missa con una sonrisita. Rubius asiente dándole la razón.

Spreen mira a donde debería estar Shadoune, pero éste ha desaparecido detrás del pelinegro del beanie. Suspira con pesadez volteando en dirección al resto del equipo, sabe que Missa aún no tiene conocimiento de la situación así que no puede culparlo, pero siente que los otros dos se han aprovechado de la situación para hacer que puedan quedar a solas un momento e incumplir con la única orden que les dio. Pero tampoco puede culparlos, y tal vez, ese amor que va creciendo entre Shadoune y Quackity puede darles ese pequeño empujoncito que ambos necesitan pata seguir luchando un poco más hasta llegar a la final.

-no necesito que me estés cuidando Rub.-suelta Quackity con molestia antes de adentrarse en una grieta.

Shadoune rueda los ojos y le sigue, al llegar al piso nota que el mexicano ha desaparecido por alguno de los pasadizos de la grieta, así que seguirlo va a ser un poco más complicado de lo que parecía antes. Luego de un rato lo encuentra picando un poco de hierro por lo que decide acercarse a él e intentar hablar un poco para aligerar el ambiente.

Quackity frena en seco al oír ruidos detrás de él, cambia su pico por un hacha en un instante y se voltea lanzando un golpe que por poco le da a Shadoune si no fuera porque éste apenas logra esquivarlo. El más bajo le mira entre molesto y confundido, pero el enojo que siente mantiene su mente nublada así que vuelve a atacar a su compañero con el hacha, consiguiendo rasgar la manga del hoodie del más alto.

-¡¿pero qué es lo que te pasa Quackity?!-pregunta el francés asustado por la actitud de su compañero. Alex sólo lo mira sin responder.- sabes que hice ésto porque es lo mejor, ésto también me duele a mí.

-mentiroso.-susurra el mexicano antes de volver a darle un golpe a su compañero, logrando tumbarlo al suelo.- la neta no creo ni una palabra que sale de ti, y déjame solo, Shadoune.

El francés se sienta en el suelo sobando su brazo herido, aquel muchacho delante de él luce tan familiar y tan desconocido a sus ojos en éste momento. Jamás se hubiera esperado que alguien como Alex fuera capaz de dejarlo en el suelo con un par de golpes, incluso llegó a pensar que el de gorro era incapaz de herir a alguien porque eso era lo que él les había demostrado desde un inicio. Así que él no era el único mentiroso de los dos, Quackity oculta demasiadas cosas que él está dispuesto a descubrir a como dé lugar.

Quackity se da la vuelta para seguir su camino en paz, su respiración se encuentra agitada y su corazón no deja de latir con fuerza en su pecho. Los recuerdos de la inmensa cantidad de veces que peleó de esa forma con Technoblade mientras minaban cuando eran amigos y todo estaba relativamente bien dentro del Dream SMP. Un suspiro escapa de sus labios mientras coloca una antorcha contra un bloque de piedra, le había parecido haber visto un diamante pero al ver mejor a su alrededor nota que sólo se había confundido. Sabe que Shadoune aún lo está siguiendo pero prefiere fingir que no lo ha notado para evitar la llegada de una nueva pelea entre ellos.

Unas manos lo sostienen fuertemente de los hombros y lo arrinconan en contra de una pared, sus ojos se encuentran con los del francés y antes de que pudiera forcejear los labios del mayor se estrellan contra los suyos en un beso rudo y necesitado. Sus brazos rodean el cuello de Shadoune acercando aún más el cuerpo del más alto al suyo, ambos sienten como la profunda tristeza que se había instalado en sus corazones comienza a disiparse lentamente, tal vez no es el mejor lugar para reconciliarse, pero simplemente no pueden pasar más tiempo alejados el uno del otro.

-lo siento, no puedo hacer ésto.-susurra el mexicano sobre los labios del contrario.- no me gustan este tipo de cosas.

-il est trop tôt pour te demander d'être mon petit ami, mais je te promets que je le ferai.-responde el francés con una sonrisa y deja un beso en su frente.- las cosas van a mejorar y podremos estar juntos, incluso si no es en ésta vida, te lo juro patito.

Doux désespoir | shadouckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora