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—Un combo número tres, por favor

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—Un combo número tres, por favor.

Estoy en la cafetería del cine. Disfruto bastante venir aquí, así que no me pude negar cuando Emil y Alex me invitaron. Mateo me informó que iría por mí a las ocho, así que tengo tiempo suficiente para ver la película y volver a casa. Al entregarme mi pedido, me uno a Emil y Alex, los cuales esperan por mí para entrar a la sala.

—¿Cuál veremos? —cuestiono.

—La segunda parte de Avatar —me informa Emil.

—¿Esa es una caricatura?

Ellos saben a la perfección que esta es una de las pocas categorías que veo en el cine, porque no voy a pagar para que me asusten, ni para que me hagan llorar. Aunque sí puedo pagar para que me hagan reír.

Los tres nos ubicamos en nuestros lugares. En el momento que inicia la película, fijo mis ojos en Emil, el cual no está a mi lado, sino al lado de Alex.

—Alguien va a morir y me hará llorar, ¿cierto? —investigo.

—Por supuesto que no —responde Emil.

—Alex. —Toco su hombro varias veces buscando una respuesta sincera. No confío en la palabra de Emil.

—Tal vez —responde Alex.

—Oye, no le digas eso —pide Emil.

—Pero es muy buena. Te va a gustar, Carol, lo prometo —agrega Alex.

—Los odio a los dos.

—Nos ama —comenta Emil bebiendo un poco de su soda.

No dudo en tomar un poco de mis palomitas y tirarlas hacia él. Emil se queja, pero no se atreve a devolverme las palomitas, sabe que al hacerlo solo estaría provocando una guerra que terminaría con nosotros siendo sacados de la sala del cine.

La película está en sus últimos minutos y solo quiero levantarme de mi asiento para asesinar a Emil, ya que mis ojos se llenan de lágrimas.

—Ha sido una película bastante emotiva —comenta Emil mientras salimos de la sala.

—Cierto, necesito que hagan una tercera —expone Alex mientras tira toda nuestra basura en el bote de basura.

—Vi a alguien llorando —se burla Emil.

Sé que se burla de mí y no me faltan ganas para hacerlo caer al suelo.

—Sí, a ti mismo —gruño.

—No sabíamos que la película te haría llorar, no con certeza. —Ríe.

Al carajo todo, yo lo mato.

Estoy a punto de golpear a Emil, pero Alex me sostiene de la cintura para evitar que lo haga. Es algo increíble como este pelirrojo que apenas tiene cuatro meses conociéndonos, interviene entre Emil y yo como lo ha hecho Celeste por los últimos años.

La excepciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora