Intercambios

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Alicent se comía las uñas de las manos como si fueran el mejor de los manjares, habían pasado ya un año y cuatro lunas desde que Rhaenyra y Daemon habían secuestrado a sus hijos, bueno secuestrar era una palabra un tanto fuerte.

Un año en el que simplemente llegaron hablaron con Viserys mientras ella estaba en el septo y se los habían llevado con la excusa de "conectar entre hermanos" a Viserys le encantó la idea y autorizó la demencial idea.

No alcanzo ella a llegar a la fortaleza cuando vio a dos dragones volando al horizonte, cuando llegó con Viserys este le dijo con una sonrisa la noticia, noticia que la atormentaba cada noche, pensó que debía mandar a traer a Daeron pero al día siguiente llegó la noticia que Rhaenyra había llegado por el y sin aceptar negativa se lo llevó.

¿Acaso las cosas podían estar peor?

Pues si, cuando llego una caja con la cabeza de su espía, ya no tenía ni ojos ni oídos en Rocadragón.

Ella no compro la idea de que Rhaenyra quisiera "conectar" era más que obvio que lo que quería era matar a sus hijos en sus dominios y fingir cualquier cosa para hacerlo pasar por un accidente, era casi un chiste pues años atrás ella había intentado matar a los dos bastardos mayores con un plan similar, maldita sea ¿Qué deberá hacer ahora?.

_ Mi reina, su padre y lord Larys han llegado _

Alicent se sentó con propiedad escondiendo en sus faldas sus pies, era una manía que había adquirido para castigar a Larys cuando no estaba contenta con su trabajo, el hombre tenia una asquerosa debilidad por ellos.

_ Has que pasen _

_ Hija _

_ Mi reina _

_ Siéntense _

_ ¿Hay noticias de Rocadragón? _ dijo Otto sin rodeos

Alicent negó.

_ No, lo último que recibí de Rocadragón fue la cabeza de Erin _

Otto se levantó y camino por la habitación.

_ Debe haber una manera de traer a los príncipes de regreso _

_ Lo se padre pero Viserys se niega a ordenarlo _

_ ¿Responden a sus cartas mi reina? _

_ Con cierta regularidad pero su letra es diferente es más fluida, pareciera que no es la suya _

_ Hija mía ¿Crees que Rhaenyra los haya matado ya? _

La sola idea le revolvió el estomago, la muerte de sus hijos varones significaba que había pasado por todo por nada.

_ ¡Padre! _

Alicent llevo su lastimado debo derecho a su boca, pero debía admitir que la idea no estaba del todo errada, en las cartas de los niños no solo la letra era un poco diferente sino que el lenguaje era más propio, de Aemond podía esperarse ¿pero de Aegon?, no ese niño no hacía caso a los modales y se le pasaba bebiendo todo el día por lo que no podía decirse que tuviera elocuencia en sus palabras o escritos.

_ Lord mano no creo que la princesa hiciera algo así, no por ahora al menos, hacerlo sería enemistarse con su padre _

_ No podemos confiar en eso tampoco Larys, cuando el ojo de mi nieto fue sacado el no movió ni un dedo si es por Rhaenyra estoy seguro que justificaría la muerte de sus otros hijos _

Todos callaron ante lo dicho por Otto, no ponían negar que había verdad en sus palabras, habían arrebatado toda autonomía del hombre menos el amor que tenia por Rhaenyra.

Los negros siguieron los sueños (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora