Pira

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Tres semanas antes

El cuervo llegó temprano esa mañana, Rhaenyra esperaba noticias sobre la recuperación de lord Corlys Velaryon pero en cambio recibió noticias sobre una traición.

El hermano de la serpiente marina Vaemond exigía el reclamo de Marcaderiva, por derecho de sangre, era un obvio golpe al origen de Lucerys y con el al de Jacaerys y Joffrey, decidieron entonces ir a la capital y arreglarlo, Rhaenys estaba de su lado, con ella no habría forma de que Vaemond ganará.

Se marcharon entonces, montaron sus dragones en el cielo y retornaron a la fortaleza roja.

El camino fue alegre a pesar de todo, pero desgraciadamente fue rápido.

En la fortaleza ya los esperaba Rhaenys, y Helena que había marchado a la capital días antes de todo por negocios de Cregan, la familia se reuniría.

La bienvenida no fue la mejor de la vida, pero no era para lo que estaban ahí.

Caminaron juntos a ver al rey, quien los recibió con cierto recelo, después de todo en todos esos años no habían hablado más que lo estrictamente necesario, lo cual no era mucho, la relación entre ambos hermanos estaba rota.

Los saludos fueron los de rigor, y después se separaron, iban en grupo pues la ultima vez que se separaron en la fortaleza algo terrible pasó.

Alicent no intento acercarse a ellos parecía que había entendido sus miradas y caras hostiles, entonces la audiencia comenzó.

No era que no esperaban que los atacarán pero llamar a su madre puta fue demasiado, la cabeza de Vaemond fue cercenada sin piedad por Daemon, pero fue el deseo de todos lo que la movió.

La audiencia no duro mucho después de eso, el lugar de Lucerys como el próximo señor del mar estaba seguro.

La cena llegó y fue naturalmente incómoda por que los oblligaron a estar todos juntos como familia, lo cual incluía a Alicent y Otto, aun así bailaron y rieron un poco, entonces el rey los sentenció.

_ Considero que Aegon y Aemond han pasado más que tiempo suficiente en Rocadragón y después de todo ya son hombres hechos y derechos, lo que mi hermano y tu hija debieron enseñarles ya debió ser aprendido, por lo que es justo que inicien su vida en la corte y busquen una buena esposa, esta vez cuando regresen a Rocadragón ellos se quedarán aquí _

El tono en la voz del rey fue por completa la de una orden que no pudieron negarse, Rhaenyra y Daemon asintieron con pesar, dejar a dos de sus hijos en ese lugar donde tanto habían sufrido no era para nada satisfactorio.

_ Se hará como lo has pedido padre _

El rey le dio una mueca que quería asimilar a una sonrisa.

_ Entonces brindemos, por los príncipes que regresan a casa _

Brindaron con el, para ninguno fue discreta las miradas de triunfo de Alicent y Otto.

Después de dos días la familia se separo por primera vez en años.

Aegon y Aemond lucían devastados por la orden del rey, pero le aseguraron a Rhaenyra que estaría bien y ambos prometieron visitarlos pronto, no les gustaba la capital y encontrarían cualquier excusa para volver a la que si era su casa.

Pero no regresaron y al cabo de una semana los cuervos dejaron de llegar, aunque preocupados pensaron que esta ausencia se debía a un problema con los verdes y que pronto estarían de regreso.

Pero estaban equivocados.

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Aemond paso esas semanas en completa confusión, los primeros días sin su familia fueron extraños, estaba tan acostumbrado a la dinámica familiar que le era raro el comer solo con Aegon, o entrenar con el.

Los negros siguieron los sueños (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora