Detrimento

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Las noches en Rocadragón suelen ser hermosas llenas de estrellas y coronando en el lo alto una enorme y bella luna, pero esa noche no, esa noche no había ni una sola estrella y la luna estaba tan pequeña en el firmamento que incluso parecía que desaparecería de un momento a otro, se pensaría que una cantidad considerable de nubes eran las que obstruían el firmamento pero esto no era así, era como si alguien hubiera robado todas las estrellas.

Esto era una mala señal, como si las mismas estrellas y la propia luna no quisieran ser testigos de lo que pasaría.

Un dragón volaba con gran velocidad en esa oscura noche, lucia cansado y su jinete lucia más que agotado, los guardias que resguardaban el puente de Rocadragón no vieron a aquel dragón hasta que estaba casi en sus cabezas, rugió de tal manera que todos en la fortaleza se levantaron.

Rhaenys corría entre las escaleras, los sirvientes ya habían avisado a Rhaenyra y a Daemon de su presencia, aunque no era del todo necesario, todos habían escuchado los rugidos de su dragón, provocando que todos fueran a la sala del trono, donde por lo regular eran llevadas las visitas inesperadas.

Jacaerys supo que las noticias que su abuela traía no eran buenas tal parecía que algo muy importante había ocurrido en la capital, ¿pero donde estaban Aegon y Aemond?, no los veía por ningún lado, tal vez llegarían después, pensó tratando de tranquilizarse.

Baela estaba asustada, nunca ha visto a su abuela con esa mirada vacía, ni cuando hace dos meses su abuelo fue envenenado misteriosamente en una incursión a los mares lejanos, ni cuando hace tres semanas la herencia de Lucerys fue cuestionada, no, ella entonces había lucido preocupada, pero no de esta manera, algo grande había pasado, algo que seguramente pondría sus vidas en peligro.

_ ¿Abuela? _

Lucerys el ultimo en llegar de los chicos, miro con preocupación a su abuela, ella lo vio con dolor, ¿su abuelo había muerto?, ¿hubo una revuelta por la muerte de Vaemond?, ¿Qué haría que su abuela luciera de esa manera y viniera tan entrada la noche?

_ Rhaenys, ¿Qué pasa?, ¿a que debemos tu visita tan tarde? _

Daemon y Rhaenyra se aproximaron a ella, Rhaenys tomo entonces las manos de Rhaenyra, y todos se quedaron en silencio, eso no había pasado antes.

_ Viserys esta muerto _

Ella solo pudo decir eso, no tenían tiempo de endulzar palabras o tener más delicadeza al compartir la verdad.

La noticia cayo como un balde de agua fría en todos los que estaban en la sala, tan solo hace tres semanas estuvieron en su presencia, y aunque no se veía particularmente bien tampoco se le había caído un pedazo de la cara como Helena les había dicho al matrimonio Targaryen que ocurría, ¿Cómo es que había muerto?

_ Mi hermano muerto, ¿Cómo es eso posible?, se veía relativamente bien hace unas semanas _

Daemon parecía aparentar serenidad, pero era obvio que era todo lo que no sentía.

Rhaenys miro a Rhaenyra como si pensara si decir lo siguiente, hizo señas con los ojos a Daemon que tomo a su esposa de los antebrazos, Rhaenys se alejo un poco y miro entonces también a Jacaerys con pena, si bien la muerte del rey afectaba a todos en el reino, los que tenían la peor parte siempre eran los herederos.

_ Para ser precisa, Viserys fue asesinado _

_ ¿Otto? _

Fue todo lo que Rhaenyra pudo imaginar, pero la mayor negó.

_ ¿Alicent? _ dijo confundida

Rhaenys vio el techo y suspiro, no había manera de hablar de traición, por parte de alguien querido.

Los negros siguieron los sueños (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora