Onomástico

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Aemond estaba inesperadamente feliz en dónde estaba, los días eran largos al principio y el miedo a Daemon era real y latente, pero este contrastaba con la dulzura y mimos de Rhaenyra, en un año y unas cuantas lunas se había convertido en parte de una verdadera familia.

Daemon era la figura paterna fuerte y capaz que siempre quiso y Rhaenyra era todo lo que había querido de una madre, Aegon ahora sin la influencia del alcohol y los mimos de las prostitutas de la calle de la seda era por lo menos un ser decente que si bien aún le hacia bromas estás eran menos crueles, Jacaerys ya se mostraba como el heredero perfecto estudiaba con propiedad y a Aemond le gustaba estudiar con el por qué era tranquilo y ambos se ayudaban, Lucerys era su eterno compañero y si Jacaerys era el hermano mayor que deseaba, Lucerys en un principio era el hermano menor perfecto, o lo fue hasta que entendió que sus sentimientos hacia el eran un tanto diferentes, Helena junto con Baela y Rhaena eran dulces y casi siempre estaban juntas o pegadas a Rhaenyra quien les enseñaba política y administración, cosa que estaba seguro su madre no aceptaría, en cuanto a los dos menores Joffrey y Daeron estaban perdidos en su propio mundo pero eran agradables a menos claro que lloraran.

Ahora se dedicaban a dar sus primeros vuelos en dragones, iban y venían de Marcaderiva con cierta frecuencia, en un principio Rhaenys y Corlys solo les daban una sonrisa fingida a él, a Aegon y a Helena, pero con el tiempo está se hizo real, convirtiéndose en los abuelos que tanto querían y necesitaban.

Estaba feliz y tranquilo y esperaba no tener que volver nunca, amaba a su madre pero estar en un ambiente en donde no le exigen ser el mejor ni rezar a dioses en los que no cree, ni escuchar a su abuelo llamar a Rhaenyra y a sus hijos bastardos e incompetentes era mejor a todas las caricias vacías que su madre le había dado todos esos años.

Ahora estaban sentados alrededor del fuego, las caras de los dos mayores parecen entre tristes y felices, Aemond temió una mala noticia.

_ Bien tenemos dos noticias para ustedes una es buena y la otra mala _

Empezó Rhaenyra con voz calmada.

_ Así que decidan ¿Cuál quieren primero? _

Daemon sostenía algo bajo su capa, Aemond espero no fuera su diario con todos sus pensamientos sobre Lucerys.

_ La mala _

Baela decidió por todos y no pudieron estar más de acuerdo con ella, Daemon sonrió al ver a su hija tomar el liderazgo.

_ Bien querida hija, la mala noticia es que dentro de unos días partiremos a la capital _

Todos los niños se entristecieron, parecía que su "pequeña" familia se rompía.

_ No estén tristes mis niños, mi padre a pedido nuestra presencia por el onomástico de la reina, y bueno ella quiere ver a sus hijos nosotros no podemos negarnos, pero prometo que regresaremos cuanto antes a casa _

Dijo lo último viendo a sus hermanos que estaban más cabizbajos que los demás.

_ Lo prometes ma _ dijo Helena ilusionada

_ Lo prometo, mañana iremos a las ciudades libres a conseguir un regalo para su madre _

El ambiente aunque menos tenso era aún amargo.

Rhaena _ ¿Y la buena noticia? _

_ Querida Rhaena tu padre y yo sabemos que tú falta de dragón es un tema que te duele _

Aemond se encogió en su lugar al sentirse culpable de que ella no tuviera dragón.

_ Pero te tenemos un regalo _

Los negros siguieron los sueños (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora