Preludio 5: Mati

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Hacía poco tiempo que había regresado a Rosario. Estaba allí porque debía prepararme para rendir en unos días. No estaba muy animado por haber vuelto, después de todo estaría solo esa semana, ya que el resto aún se encontraba de vacaciones y algunos regresarían recién la semana siguiente. Sólo la casera estaba ahí.

Mi primer día en la residencia fue tranquilo y aburrido, pues ya no estaba Chelo para molestar o jugar a la Play. Aún tenía que limpiar la pieza y comprar lo que me hacía falta, sobre todo utensilios de baño y limpieza. Comida no hacía falta ya que esa misma mañana Boli, la casera de la residencia, había recibido el pedido. Aunque, en el intento de subir la caja con alimentos, había tropezado cayendo por la escalera unos tres peldaños, los suficientes para provocarle un gran dolor en la rodilla e impedirle ponerse nuevamente de pie. Así que tuve que subir la caja y llamar a su hija para que viniera a buscarla. Boli iba a tener que permanecer en reposo en su casa por mucho tiempo, o por lo menos eso aparentaba.

De esta manera quedé completamente solo, así que debía de cocinar, hacer las compras y limpiar la pieza para poder por fin sentarme cómodamente a estudiar, cuando apenas faltaban poco más de 3 días para rendir.

Después de cenar me dispuse a estudiar por un par de horas, hasta que caí rendido en la cama. Estaba demasiado cansado.

Al día siguiente me levanté más tarde de lo normal, pues venía con cansancio acumulado y me había acostado muy tarde. Almorcé sólo unas hamburguesas porque no tenía muchas ganas de cocinar. Terminé de comer y me senté ahí mismo, en la cocina, a estudiar; necesitaba salir un poco de mi pieza. Me detuve a las 16:30 para ver la novela y merendar en mi habitación, puesto que no hay tele en la cocina. Mientras la miraba no podía evitar escuchar ruidos molestos como gritos, bocinas y bombas de estruendo. Resulta que ese mismo día jugaban Newell's y Central, por lo que supuse que el quilombo se debía a eso y no le di mucha importancia. Volví a concentrarme en la televisión.

Luego de la novela tenía planeado ir a correr al Parque España, pero a causa del partido y sus hinchas no era seguro salir ese día, así que preparé la Play y como estaba solo me puse a jugar Guitar Hero con un volumen muy alto. Lo único que podía arruinar ese momento eran los vecinos, pero de esa forma no los oiría.

Cené muy temprano esa noche, eran las 20 hs. y ya estaba cocinando porque tenía que ponerme a estudiar, después de todo no había tocado un apunte en casi toda la tarde. Luego de cenar lavé todo, me bañé y me puse a estudiar. Los ruidos continuaban, incluso sonaban alarmas de coches, pero no era raro que cada tanto se oyeran en ese barrio.

Pasadas las diez de la noche me llegó un mensaje de Seo que decía "A la Escuela Nacional ya". Yo no entendía nada, tal vez Seo estaba en pedo, o delirando :) Continué con lo que estaba haciendo, ignorando el SMS. No parecía importante, ni tampoco lo comprendía, así que lo dejé.

Minutos más tarde el celular sonó otra vez, y luego otra, así que lo puse en modo silencioso para poder concentrarme en la lectura. Horas después, ya de madrugada, me fui a acostar. Los ruidos por fin se habían detenido, así que debía aprovechar para descansar.

Y de esa forma, el último día antes de rendir llegó. Cuando desperté sentí como si hubiese dormido una banda. Aún adormecido, tomé el celular para ver la hora, pero éste estaba apagado, se le había agotado la batería. Pensé que de seguro debía ser muy tarde, ya que la alarma no se había activado, así que me levanté y fui a la cocina, donde el reloj de pared indicaba las dos de la tarde. Me sorprendí y no hice más que reír al recordar todas las veces que nos levantábamos con Chelo a esa hora o aun más tarde. ¡Eso sí era dormir!

Tomé una ducha [Nota censurada] para despabilarme, y salí del baño muy molesto, no podía creer que aún se escucharan los ruidos en las calles.

Z7: Hermandad y MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora