Z7: Hermandad y Muerte

TEMPORADA 1: Introducción

La Noche del Plan

Ya hacía casi dos años que la escuela secundaria los había despedido desde el interior de sus entrañas hacia un mundo mucho menos acogedor. Su camino, luego de haberlo transitado juntos durante cinco años, se había separado en siete senderos. Algunos siguieron sus estudios en institutos o universidades, otros comenzaron su experiencia laboral, y otros incursionaron en ambas. El cálido nido normalmente conocido como "Escuela Nacional" había quedado atrás, y si bien algunos continuaban circulando frente al edificio (sólo por cuestiones de cercanía), la mayoría del G7 frecuentaba frías y desconocidas construcciones citadinas a muchos kilómetros de distancia. Las juntadas eran cada vez menos comunes, y reunir a los siete ya resultaba casi imposible. Por eso aquella noche era especial. Aunque, por supuesto, ellos ignoraban el verdadero motivo y la importancia que tendría en su destino.

El reloj marcaba los primeros minutos de un nuevo día, aunque para ellos la noche todavía era joven. Se encontraban reunidos en el quincho de Seba, disfrutando de una remolona brisa de invierno que se hacía presente aún en esas fechas.

En la punta de la mesa, Mariano, a quien recientemente habían apodado "Mani", hacía alarde de sus cualidades de barman amateur mezclando vodka con jugo de naranja en una jarra. Estaba elaborando su trago insignia: el "Destornillador". A su lado, Facu observaba con atención sabiendo que, si la preparación dependiera de él, seguramente le pondría (por accidente) más alcohol del que cualquiera de ellos pudiera soportar. Bueno, tal vez el dúo dinámico pudiera. Hablando de Roma, Chelo se encontraba tomando pequeños sorbos de su vaso de cerveza, para luego colocarlo junto al de Mati, un proceso que repetía en búsqueda de una precisa igualdad en el contenido de ambos recipientes. Por su parte, Eze se aferraba al mando de la interminable Play 2, y desafiaba a Seba a un enfrentamiento en Call of Duty, declarándose poseedor de una puntería infalible... En realidad, necesitaba probar mejor suerte que la que había tenido en el Budokai Tenkaichi 3. Mientras Seo revisaba el celular a la espera de su turno para demostrar quién era el mejor en aquel shooter, recordó de súbito que estaban a sólo un par de días del estreno de la tercera temporada de su serie de zombies favorita (y la de todos allí).

—¿Y, Mati? ¿Ya te pusiste al día con The Walking Dead? Mirá que...

—Pará, pará, pará —interrumpió Chelo, que dejó caer una pesada mano sobre el hombro de Mati—. ¿Listo? —Mati asintió—. Tres... Dos... Uno... ¡Ya!

Ambos se llevaron sus respectivos vasos a la boca, apurando la cerveza a velocidades poco saludables. Al cabo de unos instantes, Chelo dejó con violencia su copa vacía sobre la mesa, apenas centésimas de segundo antes que Mati.

—¡Gané! —se auto-coronó Chelo, levantando las manos.

—¡Cuidado con la mesa! —se quejó Seba, pero fue ignorado.

—No vale —protestó Mati, con una cara de "enojo" que oscilaba misteriosamente entre el rencor y la risa—, arrancaste antes, no habías terminado de decir "ya" cuando levantaste el vaso.

—¡Qué no! Estás leeento, Matías.

Ya no había asomo de risa en la cara de Mati.

—Es cierto, arrancó antes —declaró Seo, provocando una justa sonrisa en Mati, y la incredulidad en Chelo.

En realidad, Seo no se había percatado de la supuesta trampa, sólo lo decía para que Mati recuperara el ánimo y volviera a prestarle atención.

—¿Te pusiste al día entonces? —retomó.

—Me faltan los últimos tres capítulos —contestó Mati.

—Apurate que si mañana se desata el apocalipsis zombie no vas a ver cómo se resuelve el conflicto entre Rick y Shane... —expresó Seo con una sonrisa malvada, amagando a dar más información.