Capitulo 1

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Estaba fastidiado, no, harto era la palabra correcta, ese imbécil español y todos los idiotas tras el, le daban asco, fastidio, lo molestaban en sobremanera.

— ¡Charles! — Pierre lo devolvió a la realidad, mirándolo mientras negaba. — Estas en otro mundo, ¿por qué estas espiando a Carlos?

— No lo espío, no me importa lo que haga. — negó con rapidez, girando los ojos. — Solo creo que es un sinvergüenza de lo peor.

— Ajá. — murmuró el francés, sin creer lo que decía.

— Miralo, coquetea con todos, lo vi está mañana con Max en el ascensor, fue asqueroso y ahora ve, Lando parece un idiota enamorado. — rió. — No se que le ven.

— Deberías saberlo, estas aquí, malditamente celoso por ello. — rió Pierre. — Mon cher ami, abre los ojos, ese español sinvergüenza te tiene flechado.

— Eso no es... No. — negó. — A mi no me gusta ese tipo, prefiero la experiencia y la seriedad...

Soltó, sin pensar muy bien lo que decía, en realidad una parte de eso no era mentira, a el solían gustarle los tipos mayores, era como un gusto culposo.

— ¿Experiencia? ¿Hablas de Toto o Horner? — lo miró con una sonrisa divertida.

— Ambos, pero son fantasias sexuales solamente. — rió, relajandose, sin percatarse de la presencia tras ellos.

— Charlie, si que eres un chico malo. — rió. — Y yo que creí que eras completamente heterosexual.

— Soy heteroflexible. — rió.

— Es bueno escuchar eso. — sonrió de forma coqueta el español, interrumpiendo su conversación. — Suena a una buena oportunidad...

— Ni en tus mejores sueños Sainz. — lo miró el monegasco, girando los ojos. — Ahora, si ya dejaste de coquetear con Lando, ¿podemos ir a cenar? Mattia nos espera...

El español asintió, observándolo levantarse y yendo tras el.

— Podías haberte ido sin mi. — sonrió.

— Si, debo fingir que me agradas, eso incluye que debemos llegar juntos a algunos lugares, yo conduzco. — suspiró sin mirarlo, subiendo al auto, mientras Carlos sonreía divertido, subiendo al lado de copiloto.

— No sabia que te molestara tanto que coqueteara con Lando. — soltó relajado.

— No me interesa, solo no puedo creer lo descarado que eres. — murmuró sin pensar. — Vives coqueteando con todo el que se te atraviese.

— No he coqueteado contigo aun, creo que eso es lo que realmente te molesta. — sonrió de forma traviesa, colocando su mano sobre la pierna de Charles, sobresaltandolo. — Dime Charlie, ¿estas celoso?

— ¿Por ti? — dijo, fingiendo desinterés. — Te lo he dicho antes, aun no tienes tanta suerte.

— Me gusta probar suerte. — sonrió, dejando suaves caricias sobre el muslo del menor, logrando ponerlo nervioso.

— Basta Carlos. — murmuró incómodo, retirando su mano. — No soy como ellos, no vas a convencerme con tus palabras coquetas y ojos bonitos, no caeré en tu encanto.

— ¿Dices que soy encantador? — sonrió, mostrando un rastro de diversión en su rostro.

— Digo que eres un completo sinvergüenza, ¿Como puedes coquetear con todos? — negó, dejando ver su molestia. — Lando, Max, Sebastian, incluso Sergio, dime, ¿no te da un poco de vergüenza? No puedes andar por la vida enredándote con todos.

¿Que quieres de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora