HATE [rabastan lestrange]

03

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Como había creído, a su hermano no le había gustado nada verla con esa túnica de Slytherin. No es como si a ella le gustara mucho usarla tampoco, pero su camisa se le había pegoteado por culpa del café derramado. Regulus no le pidió la túnica, pero apenas salió de su última clase corrió a su habitación a cambiarse. Antes de poder salir, su compañera golpeó la puerta y entró.

—Hay, tu hermano está abajo buscándote —le dijo. Hayley sonrió, agradeciéndole, pero antes de que pueda salir ella la frenó—. Está enojado.

Hayley le echó una mirada a la túnica de Slytherin, que había dejado en una esquina de la cama, y se encogió de hombros. Se puso una túnica suya limpia y salió de su habitación para encontrarse con su hermano afuera de su sala común.

—¿En serio, Hayley? —preguntó el chico—. Te enojaste porque no te defendí, ¿fue eso?

—Yo no necesito que nadie me defienda, Frank —repuso la chica, sin gustarle el tono con el que su hermano se dirigió a ella.

—Bien que no te quejaste cuando Black y Lestrange salieron en tu defensa.

—Nadie salió en mi defensa, Frank. Rabastan solo buscaba excusas para meterse con ustedes y molestar.

Hayley no esperó una respuesta de su hermano y enseguida comenzó a caminar dirigiéndose a las cocinas para ir a buscar su pulsera sin necesidad de esperar a su hermano, no importaba si él quería acompañarla o no. La verdad era que no quería escucharlo.

Lamentablemente, Frank odiaba quedarse callado y la persiguió.

—¿Ahora es Rabastan? —preguntó.

—Creo que ese es su nombre.

—No te hagas la tonta, sabes a lo que me refiero.

—La verdad que no —refutó la chica—. No sé nada. Lestrange solo quería fastidiarlos a ustedes y Black... él nunca me trató mal. Los problemas que tengan con él lo arreglan con él, a mí no me metan.

La menor entró a las cocinas cuando el cuadro se abrió, dejando a su hermano atrás. El chico se metió atrás de ella sin dudarlo, le había prometido algo e iba a cumplirlo sin importar qué tan enojado estuviese con ella.

Hayley saludó con una sonrisa a los elfos, que recibieron a los hermanos muy felices, ofreciéndoles diferentes comidas y bebidas que ellos rechazaron amablemente.

—Fizzy —llamó Hayley a la elfina más cercana a ellos—. Perdí una pulsera el curso pasado. ¿Tal vez alguno de ustedes la encontró? —preguntó.

La elfina ladeó su cabeza unos segundos, intentando hacer memoria, pero finalmente negó con una mirada de lástima. Hayley hizo una mueca cuando sintió a su hermano apretando su hombro. Nunca iba a encontrarla, había perdido toda esperanza.