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El viento pegaba contra su rostro, desordenando su cabello, y dejando una sensación agradable en su cuerpo luego del calor que se adueñó de su cuerpo las últimas horas.

Lo que no era agradable era el terrible malestar que le dejó en su cuerpo haber perdido el primer partido de Quidditch contra Gryffindor. Su amigo James no dejaba de pavonearse junto al resto del equipo, todos exageradamente felices como si hubieran ganado la final de un campeonato cuando en realidad era el primero de los partidos amistosos del año, el campeonato no empezaba hasta diciembre, tres meses después de iniciadas las clases.

Simplemente James era un terrible ganador, pero Hayley era aún peor perdedora y lo único que pasaba por su cabeza eran una y mil formas de hacer sufrir a su amigo.

-Hayley, déjalo estar -pidió Amos, el capitán-. Es solo el primer partido...

-Te dije que debíamos cambiar las técnicas -lo interrumpió la chica-. Pero tú insististe en conservarlas. Y a todo el equipo. No le diste oportunidades a nuevos chicos que puedan aportar algo nuevo. Algo que pueda cambiar al equipo para mejor.

-Hago lo que puedo...

-Un buen capitán hace más de lo que puede.

-¿Quieres decir que soy un mal capitán?

Hayley observó a James sonreírle a Lily con esa tonta sonrisa de enamorado que siempre se le formaba cada vez que la veía, solo que esta vez en los ojos de la pelirroja ya no había molestia, sino un extraño brillo acompañado de una dulce sonrisa que se adueñó de sus labios.

Algo se removió en su pecho. Hayley siempre había odiado la manera en la que Lily trataba a su amigo y por eso nunca le había caído muy bien, pero ahora sentía una terrible molestia al ver cualquier cosa relacionada a James.

-Quiero decir que algo está fallando -espetó las palabras Hayley con tanta molestia que todos sus compañeros comenzaban a acercarse, intrigados-. Es tu tarea solucionarlo. Hay que cambiar las cosas aquí, Diggory.

-Lo lamento, Hayley, pero el capitán soy yo. Si no te gusta, habla con Sprout o Dumbledore.

-Slytherin nos va a destrozar en el siguiente partido...

-Si crees que puedes hacerlo mejor que yo, adelante.

Pero Hayley no oía nada de lo que le decía su compañero, ni siquiera vio la sonrisa de suficiencia con la que James la miraba, pues su mirada estaba fija en las gradas de Slytherin, donde las serpientes miraban el partido minutos antes.

A qué se debía su molestia era simple, el culpable era Rabastan Lestrange, como de costumbre. Las palabras que compartió con él el primer día seguían en su cabeza como si hubiera pasado el día anterior.

HATE [rabastan lestrange]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora