07 | Los Huevitos.

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07 | Los Huevitos.

– ¡Buenos días, niños!. – dijo la maestra Ivana

– Buenos días, maestra. – dijimos todos al mismo tiempo

– Oigan, ¿Ustedes creen que la maestra Ivana nos ponga a hacer el trabajo de los huevitos?. – les pregunté a los chicos en un susurró

Todos me miraron a ver con changuitos en los dedos. Era obvio que todo el salón quería trabajar con los huevitos y más porque éramos el único salón que faltaba trabajaron con eso.

– El día de hoy empezaremos a trabajar en un experimento que yo sé que les va a encantar...

«Por favor, que sean los huevitos»

– Que sean los huevitos. – escuché susurrar a Abel

Lo miré y note que tenía los ojos cerrados y que hacía changuitos. Él era el único de los chicos que realmente le emocionaba esto. Sonreí al verlo tan emocionado. Volví a ver al frente y por fin, la maestra continúo hablando:

– Vamos a trabajar con los huevitos. – agregó y todos empezaron a festejar –. Eso sí, el bote decidirá quiénes serán las parejas. – fue hacía el escritorio y tomó el bote lleno de pelotitas con nuestros nombres

Había varios que estaban en contra, otros que estaban a favor y otros que no les importa. Yo era una de las que no me importa.

La maestra fue sacando una bolita rosa y una azul. Anotaba los nombres en el pizarrón y todos les hacían burla a los que ya estaban como pareja. La maestra se acercó al pizarrón y ví como anoto mi nombre y cuándo anoto el nombre de mi pareja, quería que la Tierra me tragara viva.

Empecé a escuchar como todos empezaban a hacernos burla, así que decidí esconder mi cabeza entre mis brazos.

– Tranquila... – dijo mientras colocaba su mano encima de mi brazo –. Serás una buena mamá. – agregó con la voz más suave y dulce

Por un momento recordé a Matías y su forma de hablarme, pero él no era Matías. Era Christian, no Matías. ¿Por qué sigo pensando en Matías?.

Lo miré y él me sonrió. Dejé de esconder mi cabeza y así pude verlo mejor. Abel —que estaba sentado conmigo— cambio de lugar con Christian —que estaba enfrente de mí—. Y otra vez, el salón entero nos hizo burla al ver que él se sentaba junto a mí.

Volteé a mi lado izquierdo para ver a Melissa y Andy. Ellas no me miraban, estaban hablando como si yo no fuera parte de su grupo de amigas.

Últimamente ellas se han estado distanciando mucho de mí. Pero al menos, tengo a los chicos conmigo. Ellos si están para mí cuando más lo necesito.

– ¿Cómo quieres que se llamé nuestro bebé?. – me preguntó Christian

– Pues... Me gusta Anni si es niña y André si es niño.

– Son lindos nombres.

– Sip. ¿Tú cómo quieres que se llame?.

– El nombre de Anni si suena bien, pero para él de niño pensé en ponerle Ángel. Me gusta más.

– Ya sé. – lo tomé del brazo con ambas manos y noté como Evan y Darío se nos quedaban viendo mientras se susurraban algo –. ¿Que tal si tenemos dos?. Una niña llamada Annie y un niño que se llamé Ángel André o André Ángel.

– André Ángel.

– Entonces, ya está. Yo traigo a Annie.

– Y yo a André Ángel.

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