19 | Nostalgia.

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19 | Nostalgia.

Estaba viendo la lluvia caer por mi ventana. Se veía muy lindo y se escuchaba aún más lindo como las gotas golpeaban el cristal.

Garfield estaba dormido a un lado mío. Yo estaba a un lado de la ventana tomando chocolate caliente que mi mamá había hecho.

Estaba haciendo mucho frío y en estos tiempos era cuando más me enfermaba, por eso, tenía puesto el pantalón de una pijama de cuadros blanco y negro, y una playera de manga larga roja que me encantaba; y además, claro, de unas calcetas muy calientitas.

Estaba perdida en mis pensamientos. En todo lo que hace un años había pasado y en cuanto cambie en poco tiempo. Pero una notificación me sacó de ese trance en el que empezaba a sentir me.

Era una notificación de Instagram, más específicamente, de Matías. Había publicado una fotografía después de tanto tiempo, según Instagram.

matwr05

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matwr05 Sumergido en las páginas y en la lluvia, dejando que las historias me envuelvan 📖🌧️ #books #rain #timotheechalamet #antesdediciembre #jackross #jenbrown

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No pude evitar sonreír al ver su post, y mucho menos al ver que el separador eran fotografías de uno de sus actores favoritos.

Sin pensar mucho las cosas, decidí dejar un comentario:

dani_cordoba25 que lindo separador 😍
↪️ matwr05 ya sé, es el mejor 😍🙇🏻‍♂️

Volví a reír y pique dos veces la pantalla para dejar mi corazoncito en su post.

[...]

Hoy... Es el... Peor... Día... De toda mi vida.

Estaba sola en casa, bajo llave.

Me quería dar un baño, lo hice. Pero me resbale y caí al suelo y me lastimé más la pierna.

Y luego, faltaba poco para que Matías llegará con mis actividades pendientes de la escuela.

Pero, al menos no puede ser peor.

– ¡Daniela!.

Ay, no.

Si puede ser peor.

– ¡Daniela!, ¡¿En dónde estás?!. – gritó Matías

– ¡Estoy en el baño!. – grité –. ¡Pero no abras la puerta!.

– ¡¿Por qué no?!.

– ¡Es que me estaba bañando y me resbalé y ahora me duele más la pierna!.

– ¡¿No te puedes levantar tú sola?!.

– ¡No!.

– ¡Entonces déjame entrar!.

– ¡Pero estoy desnuda!.

– ¡No voy a ver nada!. ¡Te lo juro!.

Pensé las cosas por un momento, y al final accedí a qué me ayudará.

Ví como Matías abría la puerta con una mano, mientras con la otra se tapaba los ojos.

– Dime hacía donde o me voy a caer. – dijo

Yo lo guíe hasta mí y estiró su brazo para que lo pudiera agarrar.

– Tendrás que poner mi mano en tu cintura para que te pueda levantar.

A regañadientes, puse su mano en mi cintura y de inmediato me sonroje al sentir su cálido tacto sobre mi piel desnuda.

Él me levanto y luego observó a otro lado para tratar de encontrar la toalla. Cuándo la tomó, me la dió para que me envolviera en ella.

Matías, después de que le dije que ya tenía la toalla puesta, abrió los ojos y me cargó en sus brazos hasta la cama de mi habitación, dónde me dejó sentada.

– Gracias. – dije

– No es nada. – sus mejillas tenían un leve color rojizo bajo sus pecas –. ¿Te vas a poner algo de ropa, o te quedarás así?. – yo sonreí y entonces Matías salió de mi habitación

Yo me puse un pants azul marino y una playera de manga larga morada con la silueta de una bailarina en lentejuela blancas.

Le dije a Matías que pasará y él entro sacando unas hojas de su mochila.

– Estás son las actividades pendientes. – las puso en mi escritorio y dejó su mochila en la silla –. Por cierto, muchos de tus compañeros se me quedaron viendo raro al ver que yo iba a dar la cara en lugar de tu mamá. – yo sonreí y él hizo una pequeña pausa –. Había una niña que me preguntó que si yo era tu novio. ¿Cómo dijo que se llamaba?. ¿Vanessa?.

– ¿Melissa?. – pregunté

– Sí, esa.

– ¿Y que le dijiste?.

"¿No tienes unas operaciones matemáticas por resolver?".

Yo reí y él se sentó a mi lado.

– ¿Pasa algo?. – pregunté al ver que se quedaba muy callado

– Es que... No sé. – se empezó a rascar se la nuca con nerviosismo –. Creo que me puse neervioso con la idea de que toque tu piel desnuda.

Mis mejillas se volvieron rojas en ese mismo instante. No sabia que decir o como actuar, así que solo me quede callada.

– ¿Tienes hambre?. – pregunto y yo asentí con la cabeza

Ambos bajamos a la cocina y Matías se ofrecio a cocinarme algo. Despues de que los dos comimos, él me ayudo con la tarea y cuándo terminamos nos pusimos a hablar de cualquier cosa.

Me gustaba pasar el tiempo con Matías. El siempre me alegraba el día, no importa como, pero lo hacía. Y eso me gustaba.

– ¿Por qué tienes tantos libros sobre geografía?. – preguntó viendo los libros de la estantería de la sala

– Mi papá era maestro de geografía de preparatoria, o algo así. – dije

– ¿Y dónde está?. ¿Por qué no lo conozco?. – volteó a verme

Sentí un gran nudo en mi garganta. Las lágrimas me iban a salir en cualquier momento y no quería eso. La luz del sol se fue disminuyendo, causando que la sala y el comedor se tornaran de un oscuro gris demasiado triste.

Parecía como si todo el entorno me quería ver llorar, incluso Matías que había tomado un libro del cuál se cayó una fotografía. Yo sabía perfectamente de que fotografía se trataba.

Era el último cumpleaños que había pasado con mi papá. Yo tenía 7 años y me habían hecho una fiesta de princesas. Yo estaba disfrazada de Ariel y mi papá estaba disfrazado de el rey tritón.

Después de ese día, no volvimos a saber más de él. Hasta que nos enteramos mi mamá y yo que tenía otra familia dónde si era feliz y tenía todo lo que quería.

En esa otra familia, él tenía un hijo... El hijo que siempre quiso.

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⏰ Última actualización: Jun 29 ⏰

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