⠀⠀⠀⠀✺✺✺ | CHAPTER FOUR

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Dick se dio la vuelta al oír el ruido de la puerta.

—¿Qué haces aquí? —exclamó, mientras se abrochaba el cinturón de la bata.

Jason seguía mirándolo, en silencio, sin duda percatándose de que acababa de ducharse y estaba desnudo bajo la bata.

—Te he hecho una pregunta.

Él lo miró a los ojos entonces.

-—¿Qué estás haciendo, Dick?

Su voz sonaba ronca, agitada.

—¿Tú qué crees que estoy haciendo? Acabo de darme una ducha y me estoy vistiendo. Debiste tocar la puerta antes de entrar.

Jason sacó las manos de los bolsillos del pantalón y, al hacerlo, Dick vio un bulto bajo la tela. El aroma de Jason cambiando levemente pero incluso Dick lo noto.

Era evidente que estaba excitado y tuvo que disimular una sonrisa. Su ex alfa había mordido el anzuelo, justo como Dick lo esperaba.

—Te recuerdo que esta también es mi casa, de modo que no tengo que llamar. ¿Y por qué sigues aquí? ¿Por qué no estás haciendo la maleta?

Dick cruzó los brazos sobre el pecho, la bata mostrando un poco más sus piernas, mientras seguía la dirección de su mirada sabía que sus curvas se marcaban claramente bajo la bata y, aparentemente, Jason también se había dado cuenta.

—He decidido quedarme.

—¿Perdón?

—He dicho que me quedo —hablo firme Dick—. Pensé que estarías en Los Angeles todo el verano, por eso decidí pasar las vacaciones aquí. Y no pienso marcharme sólo porque tú hayas decidido aparecer de repente.

—Deberías haber comprobado qué planes tenía yo para el verano, ¿No te parece? Si lo hubieras hecho, te habría dicho que pensaba venir aquí. Siento mucho que tengas que marcharte, pero así es.

Dick levantó la barbilla, orgulloso, listo para la pelea.

—No pienso ir a ningún sitio. Merezco algo de paz y tranquilidad, he trabajado mucho este año.

—¿Y crees que yo no?

—Se lo mucho que trabajas, Jason. De hecho, llevas eso de «trabajar mucho» hasta el extremo.

Al ver que fruncía el ceño temió haber dicho demasiado, pero era la verdad. El tiempo que había pasado lejos de el era una herida que aún no había curado, incluso después de tanto tiempo.

Jason se acercó a Dick entonces, con ese caminar pausado que podía hacer que los omegas salivasen. Ojalá no siguiera pareciéndole tan atractivo, tan masculino.

Tenía que controlarse, pensó. Su objetivo era darle a probar su propia medicina, darle la espalda como había hecho él.

Tragó saliva cuando se detuvo frente a él, pero se negaba a dar un paso atrás.

—No vas a quedarte.

Jason hablo firme, Dick juraba que estaba controlándose para no usar su voz de alfa y se pregunto el porqué.

—¿Ah, no?

—Creo que las cosas quedaron establecidas en el acuerdo. Tú querías terminar con esta relación y eso fue lo que hicimos. No viviremos bajo el mismo techo en ninguna circunstancia.

El omega de Dick se hizo chiquito ante sus palabras, pero Dick no se movió de su lugar, había aguantado cosas peores.

Los ojos que una vez lo habían mirado con tanto amor lo miraban ahora con un odio que le rompía el corazón.

—No pienso marcharme. Tuve que apartar a los paparazzi a empujones para llegar aquí y seguramente estarán esperando como buitres para ver qué hago ahora —explico Dick evitando su mirada—. Tu vida amorosa ha llamado mucho la atención y están intentando de todas las maneras posibles que diga algo al respecto.

—A mí me pasa lo mismo. Tu relación con Roy Harper no ayuda nada, pero seguro que, si vuelves a California, podrás alojarte en la casa que ha comprado en la playa.

Dick se sorprendió pero no lo demostró. ¿Acaso Jason vigilaba a Roy? Cómo podria saber que se había comprado una nueva casa. La mente de Dick empezó a hacer diferentes escenarios, su omega poniéndose feliz ante la idea de un posible alfa celoso.

Luego la idea más clara vino a su mente, lo pudo haber leído de un artículo. Era lo más obvio, tomando en cuenta que sabia sobre su relación con Roy.

Dick estuvo a punto de decirle que no tenía una relación con Roy, pero decidió que no era asunto suyo, especialmente cuando él tenía una relación con una modelo. Aunque se negaba a mencionarlo.

Lo último que quería era que pensara que le importaba. Porque no le importaba.

—Roy está de gira en Europa y, además, quiero quedarme aquí. Me encanta este sitio. Siempre me ha encantado y tú lo sabes.

—Sigue siendo mi casa.

—La única razón por la que no dejaste que me quedara con ella en el acuerdo es porque sabías cuánto me gustaba —hablo Dick bajando la voz—. Querías hacerme daño —dijo bajamente pero Jason logro escucharlo.

—Piensa lo que quieras, yo me voy a ver el final del partido —dijo Jason—. Y espero que no estés aquí cuando vuelva.

—No pienso irme.

La expresión de Jason pasó de dura a inexplicablemente cansada.

—No voy a perder el tiempo discutiendo contigo Dick.

—Pues no lo hagas.

Dick a pesar de ser omega sabia defenderse y no dejarse de un alfa o beta, en tiempos pasados a Jason le encantaba eso. Estaban mirándose el uno al otro como dos contrincantes.

Pero luego, sin decir una palabra, Jason se dio la vuelta, sus pasos escuchándose claramente por toda la casa.

Dick contuvo el aliento hasta que lo oyó arrancar el coche y alejarse.

STILL MINE ── JAYDICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora