⠀⠀⠀⠀✺✺✺ | CHAPTER THREE

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Dick tomaba el camino que llevaba a la casa. Recordaba la primera vez que Jason lo llevo a los Hampton, prometiéndole que pasarían allí las vacaciones todos los años. Dick había ido todos los veranos, pero Jason siempre estaba demasiado ocupado y su trabajo era lo primero.

Mientras bajaba de su camioneta se pregunto si pensaría llevar a Isabel a la casa.

¿Pasaría más tiempo con su nueva pareja del que había pasado con él?

Furioso cerro de un portazo. Cuando llego el día anterior estaba relajado y contento, pero ahorita podría estrangular a alguien.

Subió al segundo piso a toda velocidad, decidido a hacer sus maletas y estar a kilómetros lejos cuando terminara el partido porque sabia que Jason no se iría a un hotel. Le daba igual que Dick hubiera llegado antes.

Pero cuando entró en el dormitorio se detuvo de golpe. Jason había dejado su maleta sobre la cama.

¿Se habría sorprendido al ver que sus cosas también estaban ahí?

Desde luego, no había perdido el tiempo buscándolo para avisarle de su presencia. Y además lo había besado.

Dick se llevó un dedo a los labios, notando la impresión aun de los de su ex alfa.

Cuando abrió el armario y vio la ropa de Jason colgando al lado de la suya tuvo que tragar saliva. Ver eso le recordaba lo felices que habían sido una vez.

Enojado, aparto la ropa de su ex alfa y tomó un par de ropa que tiro sobre la cama.

Iba a buscar su maleta cuando de repente, se dio cuenta de que estaba dejando que Jason le estropeara las vacaciones.

¿Por qué tenia que ser Dick el que se marchase?

Estaba cansado de correr durante un año, después de la separación había hecho todo lo posible para no encontrarse con Jason. No acudía a fiestas ni iba a los sitios a los que solían ir juntos, de modo que se quedaba en casa cuando no estaba trabajando.

Prácticamente se había convertido en un recluso y ahora quería pasarlo bien.

¿Por qué iba a dejar que Jason Todd le estropeara sus vacaciones cuando claramente era él quien debía marcharse?

De repente supo lo que debía hacer. Era hora de que el prestigioso alfa Jason Todd probara una cucharada de su propia medicina.

Haría lo imposible para que no pudiera resistirse y cuando creyera que lo tenia donde quería, en la cama, lo dejaría con las ganas.

Dick sonrió.

La venganza nunca sería más dulce.


Jason entró a la casa, cerro la puerta y observó alrededor. Le había sorprendido ver la camioneta de Dick estacionada afuera porque esperaba que a estas alturas se hubiera ido ya.

Jenny lo buscó durante el partido para decirle que su ex omega se había marchado porque tenia un fuerte dolor de cabeza. Jason, por supuesto, había tenido que marcharse rápida e inmediatamente fingiendo estar preocupado, aunque sabia que Dick había usado el dolor de cabeza como una excusa para desaparecer.

Lo escuchó moverse en el piso de arriba y pensó que estaría haciendo sus maletas. Seguramente no quería esperar ni un minuto mas para volver donde fuera que había estado escondido durante los últimos meses.

Jason decidió despedirse de él antes de volver a siete robles, con la esperanza de ver el final del partido, pero cuando empezó a subir las escaleras le llego el aroma de Dick.

Un aroma que Jason conocía muy bien y que solo Dick tenia. Era una mezcla de su colonia favorita y su olor natural de omega.

Jason amaba el olor natural de Dick, le recordaba el mar, al igual que sus ojos. Y aunque Jason no era bueno nadando, siempre había amado el mar, al igual que a Dick.

Suspirando, metió las manos en los bolsillos del pantalón. Pensar que aquella sería la primera vez que estuviera en la casa sin Dick lo entristeció. Pero ya era lo suficientemente grande y podría soportarlo. Así que sacudió la cabeza y volvió a tomar el control.

No quería que Dick llegar a percibir su olor y pensara que era por él, aunque de cierta forma no estaría equivocado. Además, Dick ya le había hecho suficiente daño y dudaba que pudiese perdonarlo por hacerle creer que existía el amor verdadero para demostrarle después que no era así.

Había dejado de intentar imaginar en qué momento empezaron a separarse. Él sería el primero en admitir que trabajaba demasiadas horas, pero lo hacía con la intención de conseguir un respaldo económico suficiente como para no tener que trabajar toda la vida.

Aunque Dick ganaba mucho dinero con su trabajo como actor, Jason era su alfa y se creía en la obligación de darle todo lo que pudiera necesitar. La carrera de un actor tenía muchos altibajos y, aunque en aquel momento le iba bien, su intención era que nunca tuviera que preocuparse.

Habían hablado sobre unirse como uno mismo. Jason no dudaba en que era su omega y quería marcar a Dick.

Incluso planearon formar una familia, pero Dick no había entendido que asegurar el futuro de sus hijos era importante para él. Tal vez porque su ex omega no había crecido rodeado de pobreza.

¿Qué tenia de malo en intentar asegurar el futuro de ambos?

Jason seguía sin entenderlo y cuanto más lo pensaba más furioso se ponía.

Había construido su mundo alrededor de Dick.

Dick era lo único que importaba y todo lo que hacía lo hacía por él, pero Dick no lo había entendido. Y ahora era un hombre con la vida destrozada, aunque haría lo que fuese para que Dick no lo supiera.

Jason llegó al dormitorio y, sin molestarse en llamar, abrió la puerta.

Y se quedó helado.

STILL MINE ── JAYDICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora