STILL MINE ── JAYDICK

⠀⠀⠀⠀✺✺✺ | CHAPTER SIXTEEN

—No puedo creer que esté tan agotado. De verdad, no puedo moverme.

Jason lo miró, sonriendo.

Acababan de llegar a Tay's Place, un restaurante muy popular en los Hampton, y Dick estaba apoyado en el coche, con unos pantalones y una bonita playera blanca.

—Me pregunto por qué —bromeó Jason.

—Tú sabes muy bien por qué, Jason Todd —replicó Dick, riendo—. Eres increíble.

—Tú también lo eres —Dick enrojeció y su omega se hizo chiquito—. Anda camina, vamos a comer algo para recuperar las fuerzas —dijo Jason, tomando su mano para entrar en el restaurante.

Lo que más le gustaba a Jason de Tay's Place era que los paparazzi no tenían acceso al restaurante. Esa era la misma razón por la que muchos famosos que habían acudido a Bridgehampton para ver los partidos de polo estaban ahí seguramente.

Y otra cosa que le gustaba de Tay's Place era el excelente servicio, de modo que agradeció que los sentaran inmediatamente. Jason sabía que no era precisamente el alfa menos dotado.

Dick parecía cansado, pero no se arrepentía de haberlo dejado sin fuerzas. Hacer el amor con él durante todo el día había sido una de las experiencias más eróticas de su vida. Y más profundas.

—¿Qué quieres tomar? —murmuró Dick, mirando la carta.

—Cualquier cosa. Estoy muerto de hambre.

—Tú estás muerto de hambre y yo estoy agotado.

Jason iba a replicar pero una voz familiar los interrumpió.

—Ah, mi amigo Jason Todd y su precioso omega, Dick. ¿Cómo están?

Jason se levantó para estrechar la mano de su amigo alfa Roy Harper.

—Me habían dicho que vendrías a Bridgehampton este verano. ¿Cómo estás? —contestó Jason saludándolo.

Había conocido a Roy un par de años antes cuando, siendo un estudiante, había visitado Estados Unidos para participar en un concurso de fotografía. Y eran buenos amigos desde entonces.

—Estoy bien, gracias. Y tú, Dick, estás tan guapo como siempre.

—Gracias —dijo Dick con una sonrisa.

Roy sonrío al escuchar el pequeño gruñido por parte de Jason. Para no meterse en problemas tomó por la cintura a la omega que iba con él.

—Les presento a mi pareja, Donna. Cariño, Jason y Dick son amigos míos desde hace tiempo.

Mientras se saludaban Jason intentó esconder su sorpresa. ¿Roy tenía pareja? Donna era una omega muy bonita, pero había estado con su amigo el año anterior, mientras rodaba una película histórica en el medio oriente, y Roy le había dicho que no tenía intención de atarse a alguien por el momento.

—¿Quieren cenar con nosotros? —preguntó Dick siendo educado.

Roy negó con la cabeza.

—Se los agradecemos mucho, pero ya hemos cenado y estábamos a punto de marcharnos. Pero es posible que nos veamos pronto, después de algún partido.

—Eso estaría bien —asintió Jason.

La nueva pareja se despidió y se fue minutos después.

—No me imagino a Roy con pareja —dijo Dick cuando se quedaron solos—. Pero parecen felices, ¿no?

Jason no estaba tan seguro. Le había parecido notar algo raro entre Roy y Donna, pero no sabría decir qué. De todos modos no era de su incumbencia, Roy era su amigo si, pero lo que hiciera con su vida privada no debía de importarle.

Negó para sus adentros y le sonrió a Dick sin mostrarle los dientes. El omega enrojeció de nuevo y le mostró una radiante sonrisa antes de volver a ocultar su rostro en el menú del restaurante.

Sin duda el más hermoso omega pensó Jason.

***

—No puedo creer que haya comido tanto —se quejó Dick cuando volvieron a casa.

Jason tiró las llaves sobre la mesa, riendo.

—Pues te has comido tu postre y el mío.

—¿De qué te ríes?

—De nada, pero nunca te había visto comer tanto.

Dick soltó una carcajada mientras se dejaba caer en el sofá.

—Estaba hambriento y creo que es culpa tuya.

—¿Y ya estás satisfecho? —le pregunto alzando una ceja.

—Sí, mucho.

—¿Cómo va el nivel de energía?

Ahora fue Dick quien levantó una ceja.

—Bien, ¿por qué?

—Sigue mirando y pronto tendrás la respuesta a esa pregunta.

Y así fue. Jason empezó a desnudarse y Dick lo observó, fascinado.

Cuando vio que bajaba la mano hacia la cremallera del pantalón sintió un escalofrío. Su ex alfa tenía un cuerpo que podía hacerlo temblar... Pero no iba a quedarse temblando en el sofá, pensó, mientras se quitaba la playera.

Cuándo terminó de desnudarse, Jason se acercó a él.

—Eres lento, cariño.

—Y tú eres muy rápido para algunas cosas.

—Tienes razón —murmuró él, tomándolo entre sus brazos.

—¿Es que no has tenido suficiente por hoy?

—No, ¿y tú? —le contesto Jason descaradamente.

Dick le echó los brazos al cuello.

—No.

Una risa salió del alfa y después unió sus labios con los del omega.

Después de todo habían comido lo suficiente y tenían la energía para lo que venía.