Capítulo 1

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Nía era como la base de esa amistad; era la más inteligente, la más segura y la más prudente. Mientras que Jess era insegura, torpe y muy dependiente, además ella misma se denominaba "inmadura e infantil", esto último no le molestaba en absoluto a Memphis, de hecho hasta le resultaba divertido e inocente; siempre sabía sobrellevar cualquier situación que se opusiera entre ambas y, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por el bien de Jess, quién últimamente se había vuelto más vulnerable de lo habitual y con la inseguridad que no podía hacer todo por si misma.

Nía se empezó a preguntar ¿qué era lo que estaba pasando? ¿Por qué cambiaba tanto?...

Estaba tan rara, todo se volvía cada vez más intenso y menos tolerable para ella, pero nunca se atrevió a decírselo a Jess, no quería herir sus sentimientos ni hacer parecer que todo giraba al rededor suyo, ahora lo menos que podía hacer era: comprenderla lo mejor que pudiera y salir de sus pensamientos antes de causarle problemas. No quería adelantar las cosas que aún no pasaban y estar planteando ya una venganza por sentir cerca el fin de su relación.

Cada incidente entre las dos amigas en la escuela- ya que no se veían en ningún otro lugar- se daba por cosas pequeñas y en mayor parte era culpa de Jess, ya que no rendía tanto como lo hacía Nía.

Un día cualquiera decidió llegar tarde al Instituto y encontró a Jess molesta sin razón aparente; se veía callada... eso para cualquiera no significaría que estuviese mal; pero Nía la conocía perfectamente bien, con una sola mirada suya podía saber cómo se sentía, más no lo que pensaba, claro. Ese día Jess no se sentó junto a ella como solían hacerlo siempre, pasó toda la mañana y toda la tarde sin dirigirle ni media palabra a Nía y ella sólo la observaba, estaba sensible hacia ella.

-No aguanto más... ¿Estás bien?-Nía acercó a Jess tímidamente al final de las clases
-Tengo problemas-dijo Jess sin siquiera voltear a verla, simplemente hablaba
-Y... ¿Te irás sin decirme?-dijo Nía  al verla tomar sus cosas y poniéndose lista para irse.

Un terrible silencio ocupó el lugar de las palabras de Jess... ya que esta se fue sin decir una palabra o tan sólo de verla a los ojos.

Nía se fue a casa triste y preocupada.
Al llegar a casa se conectó al ordenador para saber algo de Jess. Pero por desgracia aquella ni siquiera desbloqueaba el teléfono. Nía seguía con esperanzas de ver a su amiga conectada o dando al menos una señal de vida... pero no lo hizo; vencida por el cansancio Nía se fue a dormir.

THE LAST CHANCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora