Nía era como la base de esa amistad; era la más inteligente, la más segura y la más prudente. Mientras que Jess era insegura, torpe y muy dependiente, además ella misma se denominaba "inmadura e infantil", esto último no le molestaba en absoluto a Memphis, de hecho hasta le resultaba divertido e inocente; siempre sabía sobrellevar cualquier situación que se opusiera entre ambas y, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por el bien de Jess, quién últimamente se había vuelto más vulnerable de lo habitual y con la inseguridad que no podía hacer todo por si misma.
Nía se empezó a preguntar ¿qué era lo que estaba pasando? ¿Por qué cambiaba tanto?...
Estaba tan rara, todo se volvía cada vez más intenso y menos tolerable para ella, pero nunca se atrevió a decírselo a Jess, no quería herir sus sentimientos ni hacer parecer que todo giraba al rededor suyo, ahora lo menos que podía hacer era: comprenderla lo mejor que pudiera y salir de sus pensamientos antes de causarle problemas. No quería adelantar las cosas que aún no pasaban y estar planteando ya una venganza por sentir cerca el fin de su relación.
Cada incidente entre las dos amigas en la escuela- ya que no se veían en ningún otro lugar- se daba por cosas pequeñas y en mayor parte era culpa de Jess, ya que no rendía tanto como lo hacía Nía.
Un día cualquiera decidió llegar tarde al Instituto y encontró a Jess molesta sin razón aparente; se veía callada... eso para cualquiera no significaría que estuviese mal; pero Nía la conocía perfectamente bien, con una sola mirada suya podía saber cómo se sentía, más no lo que pensaba, claro. Ese día Jess no se sentó junto a ella como solían hacerlo siempre, pasó toda la mañana y toda la tarde sin dirigirle ni media palabra a Nía y ella sólo la observaba, estaba sensible hacia ella.
-No aguanto más... ¿Estás bien?-Nía acercó a Jess tímidamente al final de las clases
-Tengo problemas-dijo Jess sin siquiera voltear a verla, simplemente hablaba
-Y... ¿Te irás sin decirme?-dijo Nía al verla tomar sus cosas y poniéndose lista para irse.Un terrible silencio ocupó el lugar de las palabras de Jess... ya que esta se fue sin decir una palabra o tan sólo de verla a los ojos.
Nía se fue a casa triste y preocupada.
Al llegar a casa se conectó al ordenador para saber algo de Jess. Pero por desgracia aquella ni siquiera desbloqueaba el teléfono. Nía seguía con esperanzas de ver a su amiga conectada o dando al menos una señal de vida... pero no lo hizo; vencida por el cansancio Nía se fue a dormir.

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THE LAST CHANCE
Teen Fiction¿Qué pasa cuando dos mejores amigas se gustan? El problema es que ninguna de las dos lo sabía con certeza. Un pasado amoroso de una de las chicas descubrió su gusto a su mejor amiga; él estuvo dispuesto a arruinarle su relación, y lo logró... ¿Quier...