Capítulo 11

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-Te haré una pregunta para que salgas de dudas- anticipé- ¿Alguna vez te has sentido profundamente enamorada de tu mejor amiga?- dije- y antes de que respondas, ¿te has sentido privada de estar con ella o demostrarle tu más sincero amor porque tu ex te controla?- expresé con una ira reprimida.

-Estas cosas sólo te pasan a ti- me miró extraña e intrigada.

-No me importa, es una simple pregunta, ¿quieres saber la verdad o no?

-Seguro, pero vamos a caminar y a tomar un poco de aire- me abrió la puerta y salimos a caminar hasta llegar a un parque cerca de su casa, donde había juegos y canchas. Nos sentamos en una banca.

-Cuando conocí a Nía no pensé que seríamos amigas, mucho menos imaginé que me gustaría tanto,-expliqué en voz baja- poco antes de este sentimiento tuve una relación algo seria con Alen, quien ahora es mi ex novio...

-Sí

-Siempre fue muy inseguro de sí mismo, me sobreprotegía, todo el tiempo quería verme y estar conmigo, pero no sé si me amaba en realidad, también yo era insegura así que nos entendíamos perfectamente y nos juntamos como la pareja perfecta, compartiendo entre sí nuestros demonios eramos casi como uno solo hasta que la duda de su amor atacó mis pensamientos más fuerte que nunca...

-Pareces conocerlo muy bien, prosigue- opinó

-Lo conozco mejor que nadie, créeme, el estaba muy celoso de mi relación con Nía, ¡ya no pude soportarlo más! Una vez me notó muy distraída y me obligó a confesar,-argumenté-me negué y me negué porque yo sabía que traería problemas...

-y ¿qué paso?

-Me golpeó.- dije con tristeza-fue la primera vez, pero no me quedé de brazos cruzados.

-¿Qué hiciste?

-Tomé una desición, pero el no estuvo de acuerdo, me amenazó con decirle a toda la escuela mis sentimientos por Nía, pensé que era ridículo pero el era capaz de todo con tal de no perderme, se obsesionó conmigo.

Wen estaba sorprendida de lo que le estaba diciendo, pero no me juzgaba ni me interrumpía, ya no.

-Hicimos un trato, por estúpida acepté.- declaré-Sus palabras a veces eran hirientes, pero prefería que me hiciera daño a mí antes que a ella- subraye.

-No sé cómo es que pudiste fijarte en una persona así. Finalmente las afectó a ambas, ¿tengo razón?

-La tienes, pero a él ni siquiera se le puede llamar persona, ¡es un mounstro! aunque al principio era diferente, ¿en qué me metí? Es el hombre que más me ha hecho daño después de mi padre.- dije enfurecida al borde del llanto.

-Ven aquí- no dijo más y me dio un abrazo, se me salió una lágrima.

-Perdón, has de estar harta de escucharme, ¿no es así?

-Para nada, tú lo hiciste conmigo ayer, perdoname tú a mi, no sabía el daño que te habían hecho y te juzgué mucho en el pasado, ¿sabes qué? nunca te calles aunque te lo pidan, y cuenta conmigo para lo que sea.

-No me gusta dar lástima, es que a veces no tengo con quien hablar y me frustro.

-Pues ya tienes con quien, me tienes a mi.- me dijo con una sonrisa

Esa frase hizo un profundo eco en mi cabeza, ¿donde la escuché? «recuerda que me tienes a mi» trataba de recordarlo.

-¿siempre a ti?- le pregunté

-Tálves... Te lo debo.

-Te pareces tanto a Nía- reí

-O ella se parecía a mi-

THE LAST CHANCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora