Capítulo 13

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Fuera de servicio.
Saldo agotado.
«maldición»

Tantas llamadas de dudosa procedencia.

Tal ves ella no sería capaz, la conocía muy bien pero en ese momento no supe absolutamente nada; ya no sabía quien era en realidad. No encontraba una manera de interpretar cada mensaje en sus letras escritas antes de morir, cada advertencia y aparentemente sus heridas del pasado querían cobrar vida. Ahora me asechan, quizá es mi culpa.

Dormí otra vez con dificultad, desperté en la madrugada y lo primero que hice fue tomar el teléfono que dejé bajo la almohada, descargado y con un nuevo mensaje.

-Estoy cansada...

Nía, 6 de noviembre- 7:00 p.m

No leas esto.

Jess te amo, Jess te odio.
Te extraño, ojalá no te vea nunca jamás.
Pondré una mano en tu corazón, y después te lo arrancaré desde adentro.

Como te di alguna vez mi mano y tú me diste la espalda vilmente.
Quiero soñar que te abrazo, quiero volar contigo otra vez, pero me arrancaste las alas y mi vida es el repudio hacia a ti. Déjame pero no me dejes nunca. Perdoname pero no me olvides. Si quieres ódiame, pero de pensarme no pares. Sueltame, amárrame en tu corazón, desperdiciame, guárdame cuando termines. La magia nunca tendrá un color.

26 de agosto, 4:00 a.m

Sería reconfortante que contestaras algo, aunque sea para joderme un poco más.
Muy bien, ahora sabes que siempre te quise, con insistencia, que he luchado por ti hasta mi muerte, ¿qué más quieres? Terminaste de leer esto aunque advertí que no lo hicieras, eres rebelde pero tonta.

Pagarás las consecuencias.

Por cierto, tienes suerte de haber despertado anoche.

-¡¿Estás bromeando?!- grité enloquecida- Esto es... ¡Tiene que ser una puta broma!

Mi celular vibró mil veces y el mensaje se esfumó de la pantalla sin dejar rastro como una chispa y no pude recuperarlo por más que intentara. El teléfono reinició y la memoria se reseteó.

Presioné con los dedos la pantalla tantas veces como pude y le hice un rayón con una de mis uñas mordidas por la desesperación de recuperar el mensaje y mostrárselo a mi madre para que me creyera antes de que fuera tarde, pero ella apareció en la puerta de mi habitación y pude notar que me miraba de una manera extraña, tenía una cara de no haber dormido toda la noche, y literalmente, no lo había hecho debido a su exigente trabajo.

-¿Qué haces mirándome así?-

-Déjame ver qué estás haciendo- respondió con una voz ronca.

-Nada, no estoy de buenas, esta cosa se va a reiniciar...

-Síguelo usando, así nunca se va a descomponer un día- dijo sarcásticamente- se ve que valoras tus cosas...

-No se trata de mí

-Jess, mojaste la cama... Otra vez-señaló. -No hagas dramas, por favor.

-¡No hice nada! es que esto nunca me había pasado, Nía dejó un mensaje con el cuál me levante hoy, ¡en verdad me está molestando! No es mi culpa...- solté

-Aja si, crees que con eso lograrás hacer que me sienta mal por gritarte te equívocas, te encanta exager ¡superalo! Ya es demasiado- alzó la voz

-¡Esa no es mi intención! Esos mensajes son reales, no tendría por qué mentir- juré

-Jessmin, madura, no todo gira en torno a eso, sólo estás imaginando cosas fuera de la realidad- añadió- ahora baja a desayunar que se está haciendo tarde y no quiero volver a tocar ese tema nunca más, ¿de acuerdo?- finalizó y bostezo.

THE LAST CHANCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora