Capítulo 5

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Al parecer... Nía había fallecido por un ataque al corazón, el lunes por la madrugada; pero Wen la encontró y creyó que, como de costumbre, sólo fingía para llamar la atención. Pero al darse cuenta de que no hera así, el pánico tomó el control sobre Wen, su mente estaba en mil cosas pero su cuerpo no reaccionaba. Después de unos segundos tomó el teléfono y rápidamente marcó el teléfono de la ambulancia y luego llamaría a su madre, quien estaba en un viaje de negocios y no quería mortificarla a altas horas de la madrugada. El teléfono de Nía estaba desbloqueado, pues solía compartirlo con Jess sin algún cuidado... claro, cuando eran "Grandes Amigas", así que aprovechó y llamó...

-¿Cuál es su emergencia?-contestó una voz femenina.
-¡ME URGE UNA AMBULANCIA!- contestó Wen desesperada.

La señorita hizo unas cuántas preguntas más como: ¿Dónde vive? ¿Qué edad tiene? ¿Con quién está? Wen respondió gritando a la persona que estaba al otro lado del teléfono.

La ambulancia no tardó en llegar, Nía se veía débil y sola en el suelo frío de su habitación, su pulso era tan débil que apenas y podías sentirlo, su respiración era entre cortada, estaba temblando... no tenía muchas esperanzas de mantenerse estable.

Se la llevaron camino al hospital más cercano.
En la ambulancia le empezaron a dar choques eléctricos en el pecho y todo mundo decía cosas que Wen no lograba ordenar en su cabeza. Pero ella sólo pensaba en algo:  Un milagro.

-¿Cómo está mi hermana? ¿Vivirá?

Nadie le decía nada.
Ya en el hospital se bajaron a toda prisa y la llevaron tras un largo pasillo blanco conectada a un tanque de oxígeno y estaba en posición fetal. Llegaron a una puerta enorme... algo como un quirófano y me cerraron la puerta en la cara a Wen.

Esta corrió a él escritorio más cercano y registró a su hermana.

Después de minutos de espera pregunto al la señorita:

-¿Cómo está mi hermana? ¿Vivirá?-Repitió sus dos mismas preguntas. Pero esta vez con más ansiedad.
-Dígame su nombre y edad-respondió la señorita
-Nía Memphis, tan sólo tiene quince años... es una niña... quince años y yo necesito... ¡Necesito saber si esta está bien o si lo va a estar!- Dijo gritando.
-Mire...

Un doctor llega y tiene unas cuantas gotas de sudor el la frente y dice

-Necesito a la pariente de Nía
-Soy yo-Dice Wen lo más rápido posible
El doctor suelta un suspiro y dice- Lo siento...
-¿Por qué?- La voz de Wen se rompió y una lágrima rodó sobre su mejilla.
-La muerte de su hermana no sólo fue por el problema cardíaco, cuando revisamos su cuerpo; su cuerpo completo tiene bastantes moretones, como si la hubiesen golpeado y también unas marcas apenas viables en sus muñecas...
-¿Qué?- dijo Wen confundida... el doctor siguió dando explicaciones pero ella ya no escuchaba nada. Su mundo entero se vino abajo. La sangre se le congeló.

-¿Entonces?-dijo el doctor en espera de una respuesta.
-Entones ¿Qué?
-Dije que quizá no me corresponda preguntar pero... ¿Nía tenía problemas psicológicos?

Wen bajo la mirada y empezó a jugar con sus manos.

-Mire... la verdad es que no lo sé. No expresaba fácilmente sus sentimientos con cualquiera, excepto con una persona de la cuál  hace poco me dijo que estaba... enamorada...-

-Bien. Escuche con cuidado-dijo el doctor- encontramos marcas de cortes en sus muñecas y varios moretones en el cuerpo, sobre todo en las piernas, eso señala alguna autolesion o maltrato físico.

-¿Qué le puedo decir?-hizo una pausa-ella nunca se hizo daño a sí misma, no que yo sepa, no la he visto, quizá y tuvo una caída o algo así... quiero pensar eso-dijo entre sollozos-¡HAGAN ALGO!-rompió en llanto.
-No es fácil determinar en este momento, claro, que fue lo que pasó con exactitud...

《Voy a investigar》
•••

Jess se sintió condenada a vivir arrepentida a pesar de todo el tiempo que había pasado. Fue cuando pensó que nunca sería capaz de perdonarse así misma el no haberle aclarado los sentimientos guardados que tenía hacia Nia... Cuando no era demasiado tarde estaba lejos de conseguir que su relación mejorara.

Todo mundo en la escuela pensaba que Nia había sido muy cruel con Jess porque la "humilló sobremanera y muy drásticamente" más todos conocían un simple rumor, un rumor que solo ellas dijeron- la gente solo quiere ver lo que le conviene- y a ninguna le convenía nada. Así que decidieron guardar la historia para ellas dos...

No duró demasiado; después de su muerte, Jess se volvió el objeto de burla de más de un testigo, lo que la volvió insana.

Las burlas, los comentarios, los chismes duraron unos meses...

—Nunca querré a alguien como lo hice y lo hago con ella—se lamentó Jess, desconsolada, sentada en la orilla de su cama— ya no sé si seré capaz de enamorarme de alguien como lo hice contigo, mi amor... fui una estúpida, como lo siento...- una lágrima cayó en la pequeña fotografía que Jess sostenía en su mano, unos sollozos ahogados llenaban el vacío que había. Miró la fotografía una vez más y le plantó un beso, otra lágrima cayó peor esta vez mancho su mano de color negro, había olvidado remover su cargado maquillaje de diario, había olvidado demasiadas cosas gracias a los intranquilos meses que pasó.

THE LAST CHANCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora