1: Primera Cita

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La puerta del dormitorio en Ophelia Hall se abrió de manera abrupta y explosiva, logrando que la puerta rebotara hasta cerrarse nuevamente sin siquiera volver a tocarla. Merlina caminaba de un lado a otro en su lado de la habitación, se regañó múltiples veces así misma de ser tan ciega y no prestar atención a lo que Enid quería.

Busco con la mirada a dedos que estaba en la parte de la habitación de Enid pasando las hojas de una revista de modas. Había sentido a Merlina entrar, pero no quiso prestar la atención suficiente para no caer en las manos enfadadas de la pelinegra.

- Allí estás. Dedos, tengo una misión para ti. -dedos presto atención, había algo extraño en la manera que Merlina le hablaba. Parecia que necesitaba ayuda, pero no de la peligrosa.

- ¿Qué necesitas? -Merlina leyó los movimientos que realizo dedos y resoplo. Una y otra y otra vez. Se recordó así misma, buscando el valor para declararse a Enid hace poco más de dos meses.

- Ideas... ideas para una cita.

- ¿Cómo... cómo dices? -incluso los movimientos de dedos parecían extrañados. Jamás imagino que la palabra cita saliera alguna vez de la boca de Merlina.

- No lo repetiré... ve a buscar ideas -el tono utilizado por la joven Addams era amenazador y demandante. Pero dedos se quedó en su lugar, quieto como si estuviese pensando en algo.

- No lo necesitas

- ¿Qué has dicho?

- ¡No!, me refiero a que Enid tiene una revista donde se habla de citas y donde llevarlas, ella estaba pensando en lo mismo. -la rapidez en los movimientos de dedos se produjo al escuchar el susurro peligroso de Merlina, estaba a punto de sacar la navaja que tenía en el bolsillo de su falda, pero al leer los movimientos de dedos saco su mano y se cruzó de brazos mirando a dedos con atención.

- Bien, entrégame esa revista... le echaré un vistazo. -Merlina no lo supo hasta ese momento, pero sentarse en la cama colorida de su novia, leyendo revistas de pareja le hizo tener un pequeño dolor de cabeza. Y no uno agradable como ella creía.

Cuando dedos regreso con la revista Merlina la tomo como si fuese un objeto extraño, con sus dedos índice y pulgar de su mano derecha- ¿Cómo llegue a esto? -se lamentó internamente antes de abrir la revista.

Paso página por página, leyendo con detención cada tipo de cita existente, cenas románticas, ir al parque de diversiones, ir al cine, ir a patinar, noche de juegos, y una lista interminable de más de cien citas.

- Son demasiadas ideas, creí que sería más sencillo -la ida al parque de diversiones era una idea que tendría para más adelante, sabía que a Enid le encantaría y ella haría el esfuerzo por soportar los colores, la desbordante alegría del lugar y las personas, las irritantes personas. Por el momento quería algo más sencillo, y lo encontró, tenía el sitio ideal, el día ideal y serían solo ellas dos. A sus ojos, encontró la cita ideal.

- ¿Encontraste algo? -pregunto dedos atrayendo su atención desde su costado derecho.

- Sí, y necesito que busques unas cosas para mí.

No tendrían mucho tiempo, días antes habría sido impensado salir de nunca más con la cantidad de deberes y actividades extracurriculares que tenían en la escuela los últimos dos fines de semana. Pero ese día sábado, ambas lo tenían libre. Sería perfecto. Tendría dos días para prepararse.

Enid POV

Merlina está actuando extraña, más que de costumbre de hecho, es como cuando está planeando peligroso o divertido a sus ojos. La última vez que eso sucedió, fue días antes de mi última luna llena. Estuvo conmigo toda la noche, transformada en loba y ella sin apartarse de mi lado, cace un par de animales y ella me veía fascinada.

Quiero volver a hacerlo, estar con ella en la noche de luna llena, pero puede que llegue el día que resulte peligroso, pero conociéndola, le importara poco y nada.

Ahora está actuando igual que en aquel entonces, susurrándole cosas a dedos mientras él solo se inclinaba dando su usual aprobación, ¿acaso no confía en mí?, vale, soy muy asustadiza, pero puedo ayudarla si necesita algo. Intente preguntárselo a dedos, pero él solo me dice que es un secreto. Ya no aguanto más, necesito saber que es lo que Merlina, trae en la cabeza.

- Merlina -intente a toda costa que mi voz sonara sería, pero una sonrisa ladina de mi novia, me hizo darme cuenta de que no funciono.

- ¿Dime, querida? -Ayyy, como me encanta que me diga así. No, espera. Seriedad, Enid, seriedad.

- ¿Todo está bien? -Nop, no había caso. No podía ser lo suficientemente sería para derrotar las barreras de Merlina.

- Claro que sí -me aseguro mientras se levantaba de su cama y se acercó a mí. Tomo mis manos y me sonrió levemente. Solo conmigo hace eso, y me encanta cuando lo hace. Tomo mis manos con las suyas y yo misma entrelace nuestros dedos, y me beso suavemente en los labios por varios segundos antes de separarse y susurrarme al oído- tengo una sorpresa para ti. Pero no está en el dormitorio. ¿Quieres acompañarme?

Solo hice un movimiento de cabeza y tomo mi mano guiándome. ¿Cómo iba a negarme?, digo, no podría hacerlo por más que pudiera.

Cuando salimos de nunca más, me llevo en dirección al bosque- ¿Dónde vamos? -espero que no haya notado que mi voz tembló un poco.

- Calma, estas conmigo, no tienes que temer. Confía en mí -confió más de lo que me gustaría, sinceramente. Pero el recorrido que hacemos lo conozco, lleva hacia un pequeño claro, donde crecen flores de distintos colores, rodeados de grandes y frondosos árboles. ¿Por qué me lleva hasta allí?

- Hace un par de horas, me preguntaste donde había ido con dedos y porque este no regresaba. Ahora lo sabrás. -sus palabras llegaron a mi justo en momento que pasamos por el linde del bosque hasta el claro. No estaba tramando algo malo. Estaba preparándome esto.

- Merlina -mi voz sonaba emocionada, claro que lo estoy, jamás espere que mi amada Merlina me sorprendiera con nuestra primera cita.

- Hace dos días, buscando ideas para cita, esta me pareció la más ideal, quería estar sola contigo en algún lugar mientras disfrutamos de nuestra compañía. Este bosque ha sido testigo de muchas salidas y aventuras que hemos tenido, y esta vez, quiero hacerlo un poco diferente. ¿Te gusta? -claro que me gusta. Un pícnic en el hermoso claro de un bosque. ¿Como no gustarme?

No tenía palabras, así que solo sonreí con alegría y la abrace con fuerza, ella me correspondió el abrazo de inmediato. Dedos se había ido en medio de nuestro abrazo, y cuando nos separamos todo ya estaba en su sitio. Dulces, bebidas, sandwiches, sobre un mantel blanco y negro y un ramo de rosas rojas y negras, algunas decapitadas al estilo Addams.

No había forma de que estuviera más feliz, el sol se filtraba a través de los árboles dándonos la luz perfecta para la ocasión, comimos charlamos, hasta quedar acostadas sobre el mantel y abrazadas como dos piezas de puzzles que encajan a la perfección, y esperando el anochecer.

- ¿Qué te ha parecido nuestra primera cita?

- Me encanto -le dije con una enorme sonrisa y levantando la vista. Pude notar como estaba con una expresión calmada mientras sonreía levemente y acariciaba mi espalda. Me incliné hacia ella y la bese con calma y suavidad.

He decidido algo, quiero volver a hacerlo. Venir a este lugar a hacer un pícnic o a pasar la tarde, será nuestro lugar. Y sé muy bien, que cada vez que vengamos, será una experiencia nueva y diferente.


Dulce & AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora