2: ¿Quieres ser mi Valentín?

1.3K 82 1
                                    


POV Enid

Lo estuve pensando toda la semana, que el catorce de febrero sería un día muy singular para mi noviazgo con Merlina... y no me equivoque.

En cuanto desperté esta mañana no estaba en su lado de la habitación ni en el baño, dedos tampoco estaba. Tal vez solo sea mi imaginación, pero es posible que se haya enterado de último minuto que día era hoy. Es gracioso de cierto modo, que Merlina estuviese tan desconectada sobre estos temas hasta ahora.

Pero este es nuestro primer San Valentín juntas y quiero estar con ella. Cuando salí de la habitación y recorrí los pasillos hacia la salida de los dormitorios, me encontré con Yoko y Divina, ambas muy acarameladas como siempre, pero había un detalle, las manos de Yoko temblaban con nerviosismo. Tal vez Merlina no era la única que no sabía que día era hoy.

No quise molestarlas y pase de largo... o eso intente, la mano izquierda de Yoko se aferró a mi muñeca con fuerza. Por favor, déjame, no quiero ser tu tercera rueda.

- Ya estás aquí, Enid. Perdón, cariño, pero Enid necesita ayuda con una tarea de Matemáticas -genial, ahora tengo que tapar sus mentiras. Solo sonreí un poco tímida mirando a Divina que asintió apaciblemente antes de despedirse de nosotras e irse con su hermano. Una vez solas, me tomo de ambos hombros mirándome con algo de desesperación- Necesito tu ayuda.

- Pude imaginármelo -me burle un poco de su situación, era un poco de venganza de mi parte por detenerme al buscar a mi novia.

- Había olvidado que hoy es San Valentín, acompáñame al pueblo necesito de tu opinión para comprarle algo a Divina.

- Yoko, estoy buscando a Merlina, no la encuentro en ninguna parte -mi reclamo vino con una mezcla de desgano, tristeza y seriedad.

- Tal vez está allá, lleva días intentando comprarte algo que... olvida lo que dije -¿qué has dicho?, estuvo a punto de arruinar mi sorpresa. Pero no pude mantener mi rostro serio, en cambio, comencé a sonreír como una idiota al imaginar a Merlina entrando y saliendo de cada tienda en busca de algo para mí.

- Está bien, iré contigo, tal vez encuentre a Merlina.

- No le digas nada, porque es capaz de asesinarme.

- Vamos, tampoco es para tanto.

- ¿Ah, no? -bueno, sí, es capaz de hacerlo, pero no quise decírselo. Comencé a caminar sin detenerme a escuchar las palabras de Yoko sobre el posible regalo a Divina. Solo quería saber que intentaba comprar Merlina para mí.

Lo primero que vimos en la calle principal de Jericó, fueron parejas, muchas de ellas caminando felices y tomados de las manos pasando por nuestro lado. Yoko no les prestaba atención y, en cambio, se arrimó a cada escaparate para mirar algún posible regalo. Si hubiese venido conmigo cuando se lo pedí hace unos días, no estaríamos en esta situación.

- Yoko -la llame intentando atraer su atención.

- ¿Sí?

- Porque no vamos a la tienda de más arriba, a la que solemos ir, allí hay muchas cosas para parejas para esta ocasión y a Divina le gusta ese tipo de cosas.

- Tienes razón... ¿Allí le comparte el regalo a Merlina?

- ¿Qué?, no, no fue allí, hay una librería un poco más allá, le compre un par de libros de terror, los acompañe con su flor favorita y un chocolate amargo.

- No pensé que fueras tan detallista -mire a Yoko con sorpresa, ¿qué opinión tiene de mí?, ¿acaso soy muy consentida?, mirando hacia atrás es posible que lo sea, en público Merlina se muestra más ruda pero cariñosa, y lo es aún más cuando estamos en privado.

Dulce & AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora