Había sido muy rápido el paso de los días. El día sábado llegó con tal rapidez, más de lo que le gustaría a Enid o Merlina, o incluso a cualquier alumno de nunca más.
Para ellos no tener a sus padres cerca todo el año era una señal de madurez y libertad, aunque claramente los extrañaban ellos amaban ese lugar.
Ese sábado fue distinto en la habitación de Enid y Merlina. La alegría usual de la rubia se había esfumado, reemplazada por una tensión palpable que Merlina rápidamente notó.
Se acercó a ella lentamente, rodeándola con sus brazos antes de susurrarle al oído- ¿amore mio, quieres contarme lo que sucede?
Enid al sentir el abrazo de Merlina solo suspiro, sacando todo el aire comprimido en sus pulmones, sintiéndose más calmada- Hoy llegan nuestros padres, ¿no estás siquiera un poco nerviosa?
- No, vita mía, para nada. Creí que ya habíamos hablado sobre esto. Sabes que estaré allí para ti, no te dejaré sola.
- Gracias. amore mio -Las dos comenzaron a usar términos amorosos de una manera más casual con el paso de las semanas, e incluso Merlina le había tomado el gusto a agregar otros nombres para variar, y hasta notó como Enid comenzaba a mostrar interés en aprender italiano o francés para captar algunas frases.
- Cariño, hay algo de lo que quiero hablarte. No quiero que esto genere malos sentimientos o que surja algún problema por ello - Enid se sintió un poco preocupada al escuchar el tono serio de Merlina, era algo que usualmente no le agradaba porque significaba que las cosas llevarían por una línea criminal.
No paso un segundo hasta que la joven Addams, sacó su mano del bolsillo de su falda para enseñarle una daga- Es nueva, no la había visto antes -los pensamientos de Enid se vieron interrumpidos cuando Merlina alejó la daga de sus manos, ella solo quería mirarla más de cerca.
- No puedes tocarla. Puedes hacerte daño.
- Vamos, tienes armas más peligrosas que una simple daga, ¿por qué no la podría...?, ¡Merlina!, ¿es de plata, no es así? -la voz de Enid, solo aumento, pareciera que había sido un grito de enfado al ver como su novia sin disimulo sonreía de lado mientras asentía.
- Así es, te lo he dicho, no dejaré que nadie se meta contigo y te haga sufrir. Quien lo haga, sea quien sea, sufrirá las consecuencias.
- Sí, pero es mi madre, cariño.
- Sea quien sea -repitió una vez más, mirándola fijamente.
Había vuelto a colocar la daga en bolsillo, no quería que la plata dañara las hermosas manos de su novia.
- Solo prométeme que no la usaras a menos que sea algo muy extremo.
- De acuerdo. -dijo con un tono cargado de cansancio, a veces su novia era demasiado buena para su corazón negro.
***
Solo pasaron unas cuantas horas, y ellas decidieron descansar mientras charlaban. Enid estaba recostada en el pecho de Merlina mientras esta le acariciaba la espalda. El latido desbocado del corazón de la loba se había calmado, y su expresión molesta había desaparecido del todo. Pero todo desapareció de un momento a otro, cuando sintieron desde su habitación los primeros bullicios, sonidos de motores de automóviles llenaban el silencioso ambiente y su tranquilidad.
- Ya están llegando -susurro Addams con suavidad.
- Lo sé, puedo escuchar voces y automóviles -mientras Enid hablaba más abrazaba a la pelinegra y enterrando su rostro en la oscura ropa de su novia.
- ¿Vamos ya?
- Sí, solo dame un segundo -pronto ese susurro se transformó en un largo y profundo beso. Eso le hacía sentir calmada, llena de amor y de valentía.
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Dulce & Amargo
FanfictionTras el fin de los ataques a Nunca Más, los días volvieron a su normalidad, un nuevo curso dio comienzo y la amistad entre Enid y Merlina se fue estrechando más, al punto de que la joven Addams comenzará a sentir cosas por su compañera de habitación...