CAPITULO N°3: "ENTRE LAS SOMBRAS"

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CAPITULO N° 3: "ENTRE LAS SOMBRAS"

" There'sa devil in your smile, it's chasing me"

ready to run–One Direction

El sol se asomaba por las montañas de los Pirineos y el canto de los pájaros despertó a Louis. Confundido y sobresaltado se incorporó en la cama viéndose desnudo,  se sonrojo avergonzado.

No recordaba nada de la noche anterior pero esa mirada aún lo perseguía. Rápidamente se incorporó a  la vida clerical que lo esperaba. Muchas eran sus labores, así que supo que no tenía tiempo para plantearse ni analizar sus propios sueños.

En la abadía el clima era festivo.  Faltaban días para la ceremonia, pero conforme pasaban las horas el lugar se iba  tornando  más bullicioso.

El Prior recorrió el lugar supervisando que todo este perfecto y dio la bienvenida a los aspirantes. Louis no fue la excepción. Cuando Superior le dio la mano como recibimiento, el seminarista sintió una corriente que lo obligo a retirar  la suya . El Excelentísimo lo miro fijamente y él bajo la mirada. Sus ojos chispeantes se volvieron esquivos.

-¿Qué le pasa,joven? ¿No está seguro de la decisión que está por tomar? Se lo nota visiblemente nervioso. ¡¿Algún pecadillo por allí escondido en su alma que aún no confesó?!- comentó mordazmente el Prior.

Louis,  con su rostro completamente enrojecido,  bajo tratando de ocultar su rostro. Salió del lugar y caminó con paso firme hacia las afueras del Monasterio. Internamente sabia lo que eso que le sucedía no era propio de un sacerdote.

Necesitaba respirar,no podía sacarse de su mente esa mirada. Esos ojos cautivantes lo sumergían, en una ensoñación robándole el control de su propio cuerpo.

La noche era muy tranquila, la luna se reflejaba en el frió paisaje nevado coloreando el cielo de un azul profundo. Él contemplaba la maravilla del lugar,  nunca había visto un espectáculo de esa naturaleza.

Caminó por el lugar fascinado por el paisaje. De repente percibió compañía, y creyó que sus compañeros le jugaban una broma. Respiro hondo y se preparo para hacerse el sorprendido:

¡Salgan, ya los vi!- dijo firmemente

Un ruido leve y sutil lo hizo darse vuelta de repente.

¡Salgan!- repitió  pero continuo sin recibir respuesta .

No me interrumpan, del pueblo donde vengo, no cae la nieve, y la estoy conociendo por primera vez.- Dijo con voz suave, intentando lograr que lo dejen en paz.



El joven  mientras murmuraba, trataba de divisar el lugar de donde provino el sonido que lo interrumpió, avanzado lentamente unos pasos.

De repente, una esbelta sombra se abre paso hacia él.  La silueta estaba rodeada de una espesa niebla que la cubría. Se trataba de una figura más bien robusta, una cabellera enrulada caía suavemente sobre los hombros que daban forma a la ancha y marcada espalda. Una cintura pequeña y unas largas piernas terminaban de definir el contorno del cuerpo que se abría paso hacia él. La sola presencia lo estremeció por completo.

Louis se encontraba petrificado,  apreciando ese majestuoso cuerpo, aunque solo podía ver la sombra, sabía que le era familiar. Y aunque intentaba ver  más  claramente no podía. Una energía inexplicable invadió su cuerpo llenándolo de la necesidad de tocar esa criatura.

Sin ser muy consciente de sus actos, y sin casi poder manejar su cuerpo,extendió su mano. Así fue como logro apoyar su palma en aquel torneado tórax.

La luz dejaba ver una piel blanca y luminosa. Ese torso era un valle de deseo para él. Esa piel tan suave y delicada invitaba a ser recorrida  de punta a punta.

De repente una rama se quebró, dando a lugar el vuelo de un pájaro y Louis volvió en sí.

Al darse cuenta  de lo que acababa de ocurrir, salió corriendo asustado con rumbo a la Abadía. Al llegar al lugar, camino sin mirar atrás rumbo a sus aposentos con pasos firmes.

Una vez allí, se tendió en la cama sin poder creer la situación vivida. Su cuerpo todavía se encontraba conmovido y perturbado. Sin poder recuperar el ritmo de su respiración,  abrió sus brazos mirando el techo.

Pero su razón, se había despertado de una manera feroz. No podía dejar de juzgarse así mismo. Esa noche fue capaz de propinar los peores juicios hacia su persona.

No entendía como esa fuerza, que brotaba desde lo profundo de su ser, se apoderaba de él, nublando toda su razón y poniendo en riesgo todo por lo que se había sacrificado y estaba a punto de alcanzar.

Pero cada vez que recordaba esa silueta, esa piel, esa mirada, su cuerpo se estremecía por completo. Sentía que cada centímetro de su ser quería volver a tocar ese cuerpo.

En medio de un profundo y angustiante llanto, tendido en la cama por fin se durmió.

Louis era un joven muy recto, con un alma noble y sensible.  Desde niño supo que su misión en la vida era ayudar a los demás inspirando con su sola presencia. Siempre tenía la palabra justa y se conmovía con la vivencias de los demás. Pero también era muy firme en sus convicciones y decisiones. Cuando tomó la determinación de ordenarse, no hubo vuelta atrás.

Durante todo su paso por la congregación siempre se destacó por ser un alegre y decidido. Siempre se lo notaba predispuesto a aprender. Él conocía cada norma, cada oración, cada rezo y cada ceremonia.

Por todos estos logros y virtudes sus superiores depositaban en él todas sus esperanzas.

Sabían perfectamente que Louis se encaminaba a ser el próximo Prior de la congregación.Estas aspiraciones. a modo de insinuación,  siempre se las dejaban saber al aprendiz. Quién lleno de orgullo en sí mismo no  las escuchaba,   pero si le otrogaban la confianza para enfocarse en su objetivo.

El muchacho también poseía la sensibilidad de entender las diferentes circunstancias por las que atraviesa el alma humana. Por tal motivo, siempre sus compañeros acudían a él para plantearle sus dudas y conflictos, ya que siempre encontraban el amparo y la comprensión que sus almas perturbadas estaban necesitando.


DEMASIADO LEJOS PARA REZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora