CAPITULO N° 9: " UN HABITO DIFÍCIL DE ROMPER"

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-CAPITULO N° 9: "UN HABITO DIFÍCIL DE ROMPER"

"God, I'm missing you

your addictive heart"- Habit-Louis Tomlinson.

Los días pasaron, rutinariamente. Por la mañana el se dedicaba a las tareas del establo, la huerta y la recolección de la huerta. En las tardes se dedicaban a la liturgia, se preparaba las ceremonias del santoral. Eso lo mantenía entretenido, si tenia que elegir prefería las fiestas o las solemnidades . No era muy amante de los memorial esa un que bien sabia que debía conocerlos. Por la noche se retiraba temprano para alistarse para recibir a su visitante nocturno. 

Louis continuaba abstraído en sus pensamientos aunque su recuperación física era completa por esos días, ya no había vuelto a lesionarse. La culpa se encontraba latente en él pero prefería por el momento dejar libre su placer carnal sentía que al desahogar esa fuerza luego llegaría la calma. Una idea equivocada que días después comprendería...

Su turbada alma seguía anhelando aquella voz que le provocaba aquel escalofrió en toda su columna. Muchas mañanas mientras realiza balas labores en el monasterio, lo sorprendía el recuerdo de esos momentos" vividos".

Los meses fueron pasando desde el día de la ordenación,  pero él solo recordaba esa noche. Esa mañana cuando se encontraba absorto en los recuerdos. La voz del Abad lo devuelve a la realidad:

-Te llame varias veces – le dijo. 

-¡Como sabes muy bien hoy es 2 de noviembre y siguiendo con la liturgia, hoy se conmemora el día de los fieles difuntos, y tal como se acostumbra vamos al cementerio a realizar celebraciones, en este caso el favor es muy especial, ya que, vamos al panteón privado de una familia cercana a la iglesia  y me tienes que acompañar para asistirme en una misa de conmemoración de la muerte de dos amigos que murieron cuando eran jóvenes y la familia los sigue recordando. Aunque ya casi ha pasado un siglo.- Le relataba el Abad mientras caminaban juntos.

-¡ Como usted guste y mande !- le respondió el joven intentando ocultar las lagrimas que le brotaban.

-¡Ve a descansar y prepararte en la tarde te mando llamar!- le dijo el Abad Mientras el sacerdote se alejaba.

Mientras Louis escucha la historia se  sintió un poco raro una angustia lo invadió y un llanto agudo le broto de sus ojos. Sin saber por que se apresuro a su habitación. Al llegar al lugar lloro amargamente recordando las palabras de su superior. 

De tanto llorar, se quedo entre dormido.

Lo despertó el golpe de la puerta, se incorporó bruscamente y abrió la puerta. Se trataba del asistente del Abad para avisarle que en una hora el Abad lo esperaba en la salida del monasterio. 

Louis se preparo como solía hacerlo antes de cada misa. Él era un hombre muy desordenado y muchas veces no sabía donde había dejado las cosas. le costo recordó donde tenia la vestimenta completa. Antes de  tomar un baño decidió que era mejor acomodar la vestimenta en su cama. Extendió su Alba en la cama prolijamente ( esta vestimenta simboliza la pureza del alma es alma libre de pecado de cada ministro de la palabra de dios). En un costado acomodo el Cíngulo (pequeño cinturón) y la Estola  (es una tira de tela, más o menos de entre 15 y 25 cm de ancho, de colores, que pende del cuello. Es común de todos los ministros ordenados, con la diferencia de que los sacerdotes se la cuelgan en torno a los dos hombros sobre el alba)  y colgada por encima de la silla la Casulla (Se llama casulla a la vestidura que el sacerdote se revista por encima del Alba y la Estola, a modo de capa o manto amplio, abierta por los lados y con un hueco para la cabeza. La casulla es la vestidura que caracteriza al que preside la Eucaristía) .En este caso no la usaría ya que él solo asistiría. 

Tomó un baño pensando en que las horas pasen rápido para volver a ser visitado como todas las noche por su amante. 

Cuando se encontró listo, se dirigió al encuentro del Abad. Quién lo esperaba en el sitio acordado montando un caballo con los utensilios listos para celebrar la misa.  

-¡Espero no te impresiones! La celebración se llevara a cabo directamente en el Panteón familiar- Le indicó mientras el joven sacerdote miraba atentamente montando su caballo. 

- Tu tarea sera asistirme durante la ceremonia y cuando se abra el cajón deberás rociar el cuerpo con agua bendita- continuo indicando el Abad. 

-¡No mi labor sacerdotal es que dios reine en el alma de sus fieles!-respondió Louis picaramente. 

Al llegar al lugar, le llamo la atención que no se encontraba la familia allí, solo el asistente personal del Abad. Le sorprendió verlo ya que no había  ido al lugar con ellos. Entraron y procedieron a preparar la misa cuando todo estuvo listo. Comenzó la celebración. El Asistente se paro a un costado de Louis y se dispuso a abrir el ataúd. 

Para la Iglesia se trata de una conmemoración, un recuerdo que se realiza en favor de todos los que han muerto en este mundo  siendo fieles a la religión y son considerados fieles difuntos, pero aún no pueden gozar de la presencia de Dios, porque están purificando, en el purgatorio, los efectos que ocasionaron sus pecados. Por lo tanto, este día, los creyentes ofrecen sus oraciones , llamadas sufragios  en  la misa para que los fieles difuntos de la Iglesia purgante terminen esta etapa y lleguen a la presencia de Dios. 

La misa transcurrió como siempre,  el joven sacerdote realizo su tarea correctamente cuando llego el momento de abrir el ataúd. Louis sintió un escalofrió familiar y vio alejarse una sombra. El asistente del Abad abrió el ataúd y de un saltó se acercó bruscamente al joven y le sostuvo firmemente la cabeza mientras el Abad levantaba la voz:
-¡Louis debes mirar el cuerpo de este hombre!, ¿Lo reconoces?- le grito violentamente. 

El primer impulso que el joven sintió fue cerrar sus ojos sin entender nada. Pero el Abad continuaba repitiendo una y otra vez la misma frase:

-¡Louis debes mirar el cuerpo de este hombre!, ¿Lo reconoces?- gritaba  violentamente sin cesar. Fue en ese momento cuando el asistente le acerco un retrato a lápiz  del joven fallecido. 

-Louis temblando de miedo lo miro fijamente, mientras rompía en llanto al reconocer a su amante misterioso en el dibujo. 

-¡ Debes mirar el cuerpo pecador que te aleja del camino del Señor!- gritaron ambos Hombres.

El joven levanto la vista y miro el cuerpo sin vida de su amado y de un empujón se soltó y salio corriendo del lugar. Monto su caballo y volvió cabalgando rápidamente a la Abadía. Al llegar al lugar entro y sin mirar atrás se dirigió a su habitación donde se tendió en la cama desconsolado. 

DEMASIADO LEJOS PARA REZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora