CAPITULO N° 5: "NO PUEDO CONTENER ESTO"

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- ADVERTENCIA: EL SIGUIENTE CAPITULO POSEE ESCENAS SEXUALES  EXPLICITAS

CAPITULO N° 5: "NO PUEDO CONTENER ESTO"

"still atrace of innocence ante the pillow case"

No control-one directión


La mañana de la ordenación en la abadía se respiraba en la abadía un clima festivo. EL Prior dio la orden que los aspirantes  debían aguardar en sus habitaciones hasta el momento de la ceremonia. Esto les permitió descansar  un rato  más, también  estaban exentos de las tareas del lugar, solo debían concentrarse y pensar en su vocación. 

Louis tardo en despertar, aunque siempre era de los primeros. En su cuerpo todavía se encontraban rastros de la noche de pasión que había protagonizado activamente. Cuando abrió sus ojos, decidió quedarse recostado mirando un punto fijo en el techo, pero intentando no pensar. 

Todavía quedaba en sus labios el sabor de aquel  fluido íntimo y viril de la criatura. Conservando rastros del recuerdo de  esa  anoche y la pasión  con la que lo saboreo. Al sentirlo no pudo evitar recorrer sus labios con la punta de la lengua,  autocausandose un escalofrío  que lo atravesó por completo. Íntimamente sabía  lo que ocurría y las implicancias pero por el momento decidió no pensar. Pero el solo recuerdo de ese torso,el suave olor a vainilla do de su piel aún lo estremecía.

Ese ser sabía perfectamente como tocar y conmover todo su cuerpo al punto de robarle totalmente su voluntad. Sentía que esa mirada, esa voz y ese cuerpo lo excitaba y enamoraba con una energía  arrolladora, como si fuera una poderosa fuerza del más allá.

En ese momento, miró a su alrededor y  reparo que estaba solo en la habitación, no había notado cuando se fue.

Un fuerte golpe en el puerta lo ubico en tiempo y espacio. Se incorporo medio desnudo y abrió la puerta.

Detrás de ella, se encontraba uno de los ayudantes de la abadía, que al verlo se sonrojo y bajo la mirada,  haciendo notar su desnudez. El  estaba encargado de  informar  el horario de la ceremonia a todos los aspirantes, puerta por puerta pero Louis era el único que lo recibió casi sin ropa. 

El ayudante le dio las indicaciones casi sin mirarlo, provocando una sonrisa picara en el joven aspirante que nunca intento ocultarse o tapar su cuerpo de la mirada incomoda. Por primera vez en su vida era consciente de la seducción natural que poseía y se enorgullece de eso. 

 Al cerrar la puerta preparo todo para  tomar un baño, dio muchas vueltas  para hacerlo,  no quería borrar de su cuerpo los sensuales y sexuales rastros que aún conservaba. 

 La Abadía poseía casi 500 habitaciones y cada aspirante tenia destinada una para su uso personal. La  habitación era pequeña y confortable, poseía una ventana en la cual podía verse el paisaje que rodeaba el lugar casi por completo. También,  estaba equipada para el uso personal e individual  y apta para realizar el correcto descanso. La cama era grande y confortable, pero firme, Louis esa noche lo había comprobado varias veces. Frente a ella, una chimenea le daba la calidez necesaria para resguardarse del frió hostil de la zona en esa época. A la izquierda  se encontraba un pequeño baño muy simple con una  bañera acogedora. 

El joven  sabia que el tiempo estaba a su favor, ya que faltaban muchas horas para la ceremonia,   su única tarea del día.  Decidió llenarla y sumergirse en ella para higienizarse. Abrió la canilla y mientras se llenaba se acerco a la ventana para contemplar el paisaje del lugar. Miraba sin ver, no podía borrar de sus pensamientos la sensación de placer que experimento cuando esos hermosos labios  de corazón succionaron su pene, reaccionó al recuerdo casi instintivamente mordiéndose los labios. Esta acción lo volvió a la realidad, con su bañera llena se dispuso a entrar en ella desnudándose por completo.  Esperaba que el baño pueda mitigar la insipiente erección que el recuerdo le causo.

La niebla y el vapor invadieron el lugar y  comenzaron a relajarlo, casi tanto que cerro sus ojos dejándose vencer por el sueño. El joven  con su cuerpo húmedo y desnudo recostado en la bañera,  inclinó su cabeza hacia atrás y aparentemente se durmió. De repente, el sonido de un  un dulce gemido de alivio, lo hizo reaccionar. Su mente trajo de nuevo aquella mirada, esos labios y esa voz que tanto lo turbaba.Él no podía sacarlo de su mente, sentía que su mente,  cuerpo y su voluntad le pertenencia por completo a su visitante nocturno.


Se sentía presa de un embrujo que lo dominaba por completo. Su cuerpo había apagado su mente por completo por primera vez en su vida. Sin ser consciente de sus propios actos tuvo una  nueva erección, para Louis esos ojos verdes brillantes y cristalinos  eran la puerta de entrada al placer.Aunque más adelante serian sinónimo de culpa y pecado.


Cuando noto que su miembro había cobrado vida. Llevo su mano hacia allí casi por inercia respondiendo a su instinto.

 Ese extremo  masculino de su cuerpo palpitaba de placer. Firme y erguido se abría paso entre sus manos, la sensación era  cálida producto de estar sumergido en el agua caliente.  Las gotas de agua lo recorrían por completo.  Entonces, Louis acomodo su cuerpo de manera de solo quedar sumergida su entrepierna. En ese paisaje se ergio su pene listo para estallar extasiado de fantasía y lujuria recordando la noche anterior. 


Instintivamente primero se acaricio para intentar  apagar la fuerza interna que explotaba dentro de sí y luego lo hizo con más fuerza. Recordando con cada movimiento la boca de ese hombre que anoche lo  hizo temblar. En su boca todavía continuaba el sabor de las gotas de semen que con tanto goce degusto. En sus manos continuaba la suavidad del cabello largo y enrulado de ese hermoso ser humano que provocaba tanto en el.

En la vorágine de recuerdos de esa noche de pasión libero sus instintos y con total libertad lanzo un gemido desde lo profundo de su ser que le provoco una eyaculación. Inmediatamente llevo sus manos a su propia boca y degusto el fluido con su lengua, y cerro sus ojos durmiéndose plácidamente

Un bullicio lejano lo despertó, en ese momento recordó la ceremonia. Salió de la bañera envuelto en una toalla y se dispuso a cambiarse. Pero algo en él había cambiado. La semilla de la culpa comenzaba a germinar.

DEMASIADO LEJOS PARA REZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora