Myoui Mina es una joven de veinte años, de clase media baja que se mata trabajando, inclusive en los fines de semana para mantenerse no solo a ella, sino que también a su hermana pequeña, Sana.
La pobre chica tuvo que ser responsable a muy temprana...
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🎵kiss me - dpr live
Cuando algo bueno pasaba, algo malo tenia que pasar para mantener la balanza equilibrada. Escuchaba mucho eso de su hermana. Sana jamás pensó en cosas malas o buenas, simplemente no pensaba demasiado y una niña de diez años no llega a pensar más allá de jugar, dormir y hacer sus tareas.
No obstante, no podía evitarlo. A veces antes de dormir, sobretodo, pensaba en sus padres y también pensaba en su hermana mayor ¿Estaba bien que Mina trabajara tanto por su culpa? No quería darle problemas así que nunca le exigió nada.
Sana realmente se sentía ya satisfecha con que su hermana mayor estuviera a su lado.
Sin embargo, lo que jamás se llegó a plantear la niña pequeña era la posibilidad de separarse de Mina. O si quiera de perderla.
Cuando la vio derrumbarse esa mañana mientras que le preparaba el desayuno casi se le para el corazón del miedo.
—¡Mitang! —gritó en agonía.
Llamó urgente y entre llantos a Jihyo, la mejor amiga de su hermana y por alguna razón también a Nayeon. Cabe decir que Park llegó al mismo tiempo que Im, no tardaron dos diez minutos para revisar a la japonesa desmayada.
Mina recobró el sentido dos minutos después, siendo cogida por Nayeon en brazos que estaba lista para llamar a la ambulacia.
—¡Mitang! No te mueras —lloraba la pequeña a moco tendido.
—Sana cálmate, Mina ira ahora mismo al hospital conmigo.
—Yo también iré —apresuró a hablar Im.
—Estoy bien Sana.
Mina seguía aturdida y Sana aún estaba llorando.
—Nayeon...—llamó la japonesa mayor.
Mina le pidió a la coreana que cuidara de Sana lo que tardaran. No quería a su hermana acompañándolas, sabía lo fatal que lo pasaba la menor en un hospital y viéndola enferma.
Así fue como Nayeon había acabado con la pequeña japonesa a su lado. No podía quedarse en la casa de ambas japonesas porque tenía asuntos que atender en su hogar.
Y con asuntos se refería a leer y organizar sus horarios para la semana pues quería tener tiempo para Mina y sus amigas a pesar de tener varias reuniones y exámenes.
—Señorita —todos los empleados hicieron una reverencia en cuanto la vieron bajar del coche.
Todos estaban algo sorprendidos por la pequeña compañía de Im.
Sana iba uno a uno devolviéndole la reverencia.
—Sana, no tienes por qué devolverles la reverencia a todos —rió Nayeon entrando a su enorme y sofisticado hogar.
