Myoui Mina es una joven de veinte años, de clase media baja que se mata trabajando, inclusive en los fines de semana para mantenerse no solo a ella, sino que también a su hermana pequeña, Sana.
La pobre chica tuvo que ser responsable a muy temprana...
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🎵silence - sunwoojunga
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Ninguna tenía alguna palabra, sus familias habían sido obviamente invitadas a la boda entre las dos importantes empresas. Sus amigas tampoco querían participar en ello, pero era su deber. El de todas.
Sabían lo irascible que estaba Nayeon, de hecho solo mostraba su mal humor, pero sabían lo destrozada que estaba.
Ninguna tenía las palabras adecuadas para confrontarla o al menos consolar a su amiga.
—¿Estas segura de todo esto?
Su mejor amiga fue la única en hablar.
Nayeon tenia su vestido de bodas y tras probárselo quería que sus amigas estuvieran presente ya que serían sus damas de honor.
—Lo estoy —habló firme.
—Nayeon...esto es una locura.
—Ya lo decidí, si Mina me rechaza entonces me da igual lo demás.
—Pasas a ser la heredera directa del grupo Im —tanteó Jennie mordiéndose los labios nerviosa.
Jisoo coloco una mano sobre la pierna de su novia y miró seria a Nayeon.
—No es fácil, es una presión muy fuerte.
—Puede que haya otra solución —Rosé se cruzó de brazos.
Nayeon soltó una risita irónica.
—Sabéis tan bien como yo que no es tan fácil y menos con la boda siendo mañana. Dímelo tú Rosé —alzó un poco la voz —¿has tenido los huevos para decirle a tu familia que te gusta Lisa y que no te gustaría casarte con Lee Hyeri en un futuro?
—Nayeon no te pases.
Jeongyeon se interpuso entre ambas ya que Rosé frunció el ceño queriendo encararla.
—¿Me estás llamando cobarde?
—No estáis ninguna de las dos bien, vale ya —Jisoo también se metió en medio.
—No creo que sea capaz de parar una pelea entre las dos, acabo de salir de la peluquería —asintió Jennie.
El último comentario hecho por Kim causó que Rosé y Nayeon se rieran mirándose a los ojos.
Aquello calmó por completo la tensión acumulada.
—Lo siento, chicas. Estos días han sido un infierno —la más mayor tapó con una de sus manos su rostro.
Había fingido toda su vida, pero ahora se le estaba dificultando más que nunca. La estaba consumiendo y eso que aún no se había ni casado.
