Capitulo 40

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- los mandé a llamar, después de muchos meses, gracias a Dios encontramos a los culpables de lo que le sucedió a mi esposa.

Baldwin le hizo una seña a los guardias y ellos trajeron a Reinaldo, Olvida y Alex su hermano, hicieron que se pusieran de rodillas en frente de nosotros.

Después miró a Tiberias, el salió.

- por favor majestad...tenga piedad.

Dijo Reinaldo.

- acaso ustedes tuvieron piedad con mi esposa.

No paso mucho, cuando llegó Tiberias dos de sus hombre tenían a Guido.

También lo hicieron arrodillarse.

- estás 4 personas se pusieron de acuerdo para que la reina perdiera al bebé.

- majestad como puede creer que yo estaría involucrado con esto.

- todos sabemos aquí que tú quieres ser el rey...mi esposa la Reina Ilse decidirá si ustedes viven o mueren.

Tome la mano de Baldwin el me miró.

- tu eres la va a tomar la decisión cielo...la decisión que tome te voy apoyar.

- majestad todos estamos a su lado, cualquier decisión que tome la vamos apoyar, pero ellos deben pagar por lo que le hicieron.

Dijo uno de la corte, su esposa se levantó y me miró.

- ellos no merecen su perdón majestad...su muerte no comenzará el daño que le causaron.

Puse mi mano en mi vientre y mire a Baldwin por sus ojos puede notar que estaba sonriendo.

- no puedo Baldwin.

Digo en un susurro, Guido se soltó del agarre de los guardias y tomo su espada y fue hacia Ilse.

Baldwin alcanzó a sacar su espada antes de que Guido llegara hasta Ilse.

Todos sabían que el que ganaría sería Baldwin y así fue pero decido no acabar con su vida esa era decisión de su esposa.

Volteo a verla y sus ojos reflejaban miedo, odiaba ver esa mirada en ella, soltó un suspiro y asintio dándole a entender a Baldwin su decisión.

Baldwin le hizo una seña a Tiberias, su hombre fueron por los cuatro y los tomaron.

- Guido, Reinaldo, Alex y Olivia quedan condenados a muerte, por el daño causado.

Los hombres de Tiberias se los llevaron.

Baldwin se acercó a Ilse y tomo sus brazos.

- estás bien cielo.

- gracias -sonriendo-.

- no agradezcas mi cielo...te sientes bien te veo un poco pálida.

- estoy un poco mareada.

- vamos a nuestro aposentos.

- majestad, cuando será la condena.

- en la tarde.

Nos fuimos a nuestros apartamentos, cuando llegamos a mi oficina ella me miró.

- tenemos que estar presentes.

- así es mi cielo.

Ella me abrazo pero no duró mucho, cuando se desvaneció en mis brazos, la tome con cuidado y la lleve a la habitación y la recosté en la cama.

Después de unos minutos comenzo abrir los ojos.

- cómo te sientes cielo.

- un poco mejor.

Un amor con problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora