¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Neteyam se dejó llevar, disfrutaba el tacto de la chica. Sus manos eran suaves y calidas. El dulce sonido de tu risa lo cautivaba y el hermoso color de sus ojos lo hipnotizaba. ¿Se estaba enamorando?
La chica ya habia comenzado a escalar hasta que le extendió su mano al omaticaya para que la acompañara, quien gustoso accedió.
— ¿Cómo eres tan buena escalando si pasaste más tiempo en el clan del arrecife? — Preguntó Neteyam aún subiendo por el gran arbol con Selen'ka. Esta rió levemente y se detuvo en una gran rama. Neteyam la siguió y se sentó junto a ella.
— Yo no soy como cualquier na'vi, Neteyam. Lo puedes ver por mi apariencia. — Dijo Selen'ka mientras señalaba sus brazos, su color de piel, sus piernas. — Yo me adapto a todos los clanes y sus ambientes.
Neteyam oía esto asombrado, la verdad si tenía curiosidad por ella. Pero pensó que su apariencia era de otro clan, tal vez uno que no conocía.
— Eres preciosa. — Dijo mientras la observaba con una leve sonrisa. Selen'ka lo miró y se sonrojó, Neteyam rió levemente ganándose un codazo por parte de la chica. — ¡Hey!
— No digas tonterías. — Respondió la na'vi aún sonrojada nerviosa volviendo a mirar el cielo.
— No son tonterías, Selen'ka. — Esta rió aún nerviosa y se levantó para ir a buscar el fruto. Neteyam se acercó. — Te ayudo. — La agarró de la cintura para que no cayera.
