¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La GRAN CELEBRACIÓN había llegado. Se sentia en el ambiente, el aire. Todos estaban emocionados y nerviosos, era una ceremonia que era demasiado importante para los na'vis.
La mayoría conocía la leyenda contada desde que se crearon las primeras canciones, en tiempos de tristeza contra los sangre de demonio, nacería una princesa. La única hija de los Hazik, primogénita.
Todos esperaban la llegada de la princesa y de sus padres, los Hazik. En especial Selen'ka, quería que sus padres estuvieran en este momento y día tan especial para ella.
— ¿Preparada? — Dijo Tsireya ya vestida y preparada, junto con Kiri. Ambas le estaban por mostrar el vestuario que hoy vestiria la princesa junto con sus joyas, estaban increíblemente emocionadas por mostrárselo a su amiga y hermana. Selen'ka asintió y la metkayina le mostró su vestuario.
Selen'ka sonrió sorprendida, estaba cautivada por el gran trabajo que realizaron sus amigas, era hermoso. Como era reiteado varias veces Kiri creía que el color de la princesa era morado y blanco, lo habia confirmado con lo que le habia dicho Neteyam días atrás. Todo estaba decorado con conchas y cristales, y una falda blanca que estaba amarrada por la cintura. — ¡Es bellísimo!
Kiri y Tsireya compartieron miradas con una sonrisa. Habian hecho un buen trabajo, uno perfecto. Estaban orgullosas de si mismas.
Selen'ka vistió su atuendo y al salir para que las chicas la vieran, estas la miraron con la boca entreabierta. — ¿Me queda mal?
