El Secreto De La Academia Aihara

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En el tercer año de la Academia Aihara, un grupo de amigas iba saliendo para volver a su casa.

  
Himeko: Nos vemos Mei-Mei!

Mei: Hasta mañana Himeko.

La pareja queda sola y siguen con su rutina de camino a casa.

Entran al elevador y continuan con su plática.

Yuzu: Que quieres que te prepare de cena?

Mei: Con cualquier cosa me basta.

Yuzu: De acuerdo, bueno, quiero probar con un-

Piip piiip piip piiip

El teléfono de la menor comenzó a sonar, la pelinegra un poco molesta al haber interrumpido la conversación que tenían entre ellas, toma su teléfono y contesta.

  
Mei: Abuelo?....si...de acuerdo...ahora?...ah...está bien...ahí estaré... adiós.

Yuzu: ... Tienes que ir. - Menciono con una voz comprensiva y suave.

La rubia había notado que su novia se veía frustrada, ya que en estos momentos quería estar con Yuzu, pero parece que el abuelo tiene otros planes.

Mei: Lo, lo lamento Yuzu - La miro a los ojos como si hubiera hecho un crimen horrible.

Yuzu: Je, a veces pienso que el abuelo te dió el teléfono para tenerte hasta el cuello con trabajo - Comenta intentando animarla.

Mei: No lo culpo, ya que se que en unos años, el se retirará.

Yuzu: Y nuestra hermosa y capaz presidenta subirá por fin al trono! - Abrazandola con una mano su cuello.

Mei: ...Si - Con un pequeño rubor por la repentina cercania.

Yuzu: Bien, pero solo cambiate y si quieres te puedo acompañar. - Las puertas del elevador se abrieron y se dirigen a la puerta de su casa.

Mei: Me sentiría más cómoda, pero mi abuelo me pidió que viniera sola.

Yuzu: Joo, bueno, está bien, yo por mientras haré la cena.

Mei: Si, te lo agradecería, gracias Yuzu.

La chica tímidamente se rasca la nuca.

Yuzu: No hay de que. Somos un equipo, no?

Mei: Se sonroja hasta las orejas por eso y solo asiente. - Por siempre..

  
La menor se va a la academia, lo cual fue raro, normalmente el viejo siempre cuando hay una reunión sobre trabajo o algo sobre negocios, el le pide que vaya a su casa.

  
Llega a la academia y se dirige la la oficina del director. Mei tenía una punzada, algo le decía que esto era más importante que cualquier otra cosa que le haya pedido.

  
Mei: Abuelo? - Toco la puerta.

Abuelo: Pasa.

Abre la puerta y lo ve sentado en la silla, crusando sus dedos en una especie de meditación.
El señor le pide que se siente y ella hace caso.

Mei: Que sucede abuelo?

Abuelo: ...Mei, lo que te voy a decir es...un enorme secreto, de acuerdo?

Milagros en JaponDonde viven las historias. Descúbrelo ahora